Trilogy Internacional presentó los resultados correspondientes al segundo trimestre del año, período en el que registró pérdidas por 19,2 millones de dólares, el triple que lo informado un año atrás. Su Ebidta se redujo un 35 por ciento interanual hasta 23,1 millones de dólares, con un margen del 20,1 por ciento, más de seis puntos por debajo en la comparación.
La compañía adujo un fuerte impacto del covid-19 en sus dos operaciones. La pandemia generó una reducción en la actividad de adquisición de suscriptores, menos rotación pospago y un cierre temporal de los canales de distribución física que afectaron el desempeño comercial. Además, hubo baja a casi cero en los ingresos por roaming.
La preocupación de la firma se concentró mucho más en Viva que en la operación de Nueva Zelanda. “Existe incertidumbre sobre si el comportamiento de los clientes en Bolivia volverá a la normas históricas, lo que podría afectar la tendencia de ingresos. Además, los efectos al momento fueron de corta duración pero un eventual impacto continuo o sostenido podría requerir una revisión de activos”, disparó.
Trilogy Internacional generó ingresos por 135 millones de dólares, 25 por ciento menos que antes. En Bolivia facturó 33,2 millones de dólares, un 37 por ciento menos como consecuencia de una baja de 35 por ciento en el apartado de servicios y de cero ingresos por venta de equipos en el período. El Ebitda local fue negativo en 300.000 dólares. Su inversión en el país cayó, en tanto, 76 por ciento hasta 1,3 millones de dólares.
Respecto de los clientes la situación no fue mejor. Viva Bolivia terminó junio con 1,4 millones de líneas móviles, 27 por ciento menos que hace un año. Su base prepago se redujo 32 por ciento hasta 1,08 millones y la pospago cinco por ciento hasta 313.900. El ARPU cayó 20 por ciento hasta 6,7 dólares, con un promedio de 3,6 dólares en prepago y 18,9 dólares en pospago.
