En la evolución de la tecnología móvil, siempre hubo una batalla política y económica de fondo. Con la 5G, por ejemplo, fue clara la guerra entre Estados Unidos y China, que desembocó en las prohibiciones a Huawei —el proveedor de mayor injerencia en las redes 4G a nivel global— y el apoyo de Norteamérica a tecnologías OpenRAN.
La tecnología móvil 5G todavía se encuentra en etapa incipiente y todavía resta por ver cómo quedará el mapa de las telecomunicaciones una vez que se masifique a nivel global. Sin embargo, esto no es un indicativo de que no se pueda ya empezar a hablar de la próxima generación móvil, la 6G, y eso es lo que están haciendo los diferentes países con el objetivo de adelantarse a otros mercados y, por qué no, ganar algo más de participación en lo que será el negocio de patentes 6G.
Quizás habría que marcar al año 2018 como el año en el que se empezó a hablar de 6G. En ese entonces, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) creaba el grupo de trabajo que empezaría a pensar en cómo sería la tecnología móvil más allá e la 5G. En 2019, en China y Finlandia se empezaría a discutir la próxima tecnología móvil y en 2020, en Norteamérica se crearía la primera alianza empresarial para discutir la 6G, con socios fundadores de la talla de AT&T, Bell Canada, Ciena, Ericsson, Facebook, InterDigital, JMA Wireless, Microsoft, Nokia, Qualcomm Technologies, Samsung, Telus, Telnyx, T-Mobile, UScellular y Verizon.
Ahora, Europa la que quiere empezar a marcar el camino de lo que será la 6G. la semana pasada, la Comisión Europea (CE) adoptó una propuesta legislativa para la creación de la empresa conjunta Redes Inteligentes y Servicios, con una inversión pública de 900 millones de euros para el período 2021-2027. La idea es crear una organización capaz de coordinar las actividades de investigación sobre 6G, así como iniciativas de despliegue de 5G en el marco de distintos programas de la región. La propuesta deberá ser discutida entre los Estados Miembros y se espera que pueda ser lanzada en el otoño boreal.
La empresa conjunta sobre Redes Inteligentes y Servicios tendrá dos objetivos principales: empujar la participación europea en 6G con la implementación de programas de investigación y desarrollo para la concepción y estandarización de la tecnología cerca del 2025, además de preparar el mercado para su adopción para el final de la década. Asimismo, tendrá la tarea de ayudar en el despliegue de 5G en Europa, con e objetivo de desarrollar el liderazgo digital en los mercados y habilitar la transición de la economía y sociedad a una era más digital y verde. En este objetivo, la empresa conjunta coordinará programas como Connecting Europe Facility y Corredores 5G, entre otros.
A diferencia de su predecesor, 5G-PPP, el nuevo organismo tendrá una forma de gobierno que permitirá poner a la industria europea en un lugar predominante y trabajar junto con la CE y los Estados Miembros en áreas como tecnología y sinergias entre los programas de financiamiento europeos y nacionales.
Europa espera que a los 900 millones de euros comprometidos por la comisión se sumen al menos 1.800 millones de euros del sector privado, empujando la inversión en investigación y desarrollo en 10.000 millones de euros. El plan de Europa es que, esta vez, no quede tan lejos en la carrera de patentes para la nueva tecnología móvil.
