5G será una red revolucionaria porque será una muy distinta a las anteriores, donde cambia no sólo la manera en que serán construidas sino también en la diferenciación que tendrán que realizar los distintos operadores para poder ofrecer servicios igualmente diferenciados a sus clientes. Para ello, habrá que transitar un camino nuevo en el que diversos aspectos tendrán que entrar en juego como no había ocurrido hasta ahora en la industria de las telecomunicaciones.
Fue uno de los temas que se expuso durante las jornadas 5G & Cloud Edge Forum, organizado por TeleSemana entre el 13 y 14 de abril. Allí, diversos referentes del sector exhibieron los distintos abordajes que los operadores de telecomunicaciones deberán tener en cuenta a la hora de avanzar sobre las redes de quinta generación.
Sobre este tema Rafael A. Junquera, director editorial de TeleSemana, indicó que uno de los principales cambios que trae 5G es que, hasta ahora, los operadores venía trabajando con trajes de talle único, situación que ya no será igual con la nueva tecnología pues “5G es una forma de crear una red distintiva del resto de los operadores” con servicios que se pueden entregar de otro modo en la cadena de valor digital.
“Se trata de ser un operador de red diferenciado, también a nivel de servicios porque la oferta deberá ser distintita para ser competitivos”, enfatizó para luego subrayar que la experiencia tendrá que ser más acorde a lo que los usuarios necesiten.
El avance de 5G viene siendo más rápido que el de redes anteriores. Y así lo muestran los números de OMDIA y 5G Américas que señalan que en este 2021 las conexiones 4G llegarán a su pico en Europa para empezar a quedar planas hacia adelante mientras que las de 5G comienzan a crecer de manera sostenida.
La misma situación se registra en América Latina aunque a un ritmo menor. En la región, ese pico se alcanzaría entre 2022 y 2023 aunque, a diferencia de lo que sucederá en el mundo, en 2025 todavía no representarán la mitad de las redes LTE aún. Si bien se trata de un retraso esperable la perspectiva es que en 2025 hayan 250 millones de conexiones 5G en esta parte del mundo.
Entre los aspectos que Junquera destacó como relevante de lo que traen las nuevas redes es que ya no se trata de una evolución del RAN, que era lo que sucedía hasta ahora. “Es una revolución porque lo que se persigue es más ambicioso, no sólo más capacidad y menor latencia, sino que sea una plataforma inteligente para desarrollar servicios innovadores”, apuntó.
Para ello, se apoyará en tres pilares fundamentales, que podrían llamarse los tres pilares ultra: 5G es una tecnología de ultra banda ancha, ultra confiable y de ultra baja latencia, y ultra IoT pues que se apresta a concretar la comunicación masiva de objetos.
“Lo importante es que 5G es una arquitectura basada en servicios. Estamos desagregando servicios de la arquitectura física para tener más flexibilidad a la hora de prestarlos. Por eso hay mucho código abierto. Por eso se habla de la cloudificación, de trabajar con estándares abiertos, de tener agilidad, flexibilidad, de generar una red resiliente y tener una mayor eficiencia de los recursos. 5G tiene que cambiar el paradigma de la sobredimensión de la infraestructura”, disparó.
Esto es en particular relevante puesto que uno de los principios de la nueva tecnología es que cambia los objetivos de inversión del operador, que estarán mucho más analizados antes de tomar la decisión de ampliar su infraestructura. Por ello, optarán por acudir a la nube pública para probar servicios antes de pasarlos por la privada. Esto implicará, al mismo tiempo, darle mayor importancia y protagonismo a la nube híbrida.
Otros cambios serán a nivel de las bandas espectrales, de la RAN con Open RAN como modalidad preferida, del transporte, del core, de la automatización basada en datos, de acceso convergente, de seguridad y de eficiencia energética pues la tendencia es que los operadores se apoyen cada vez más en las energías renovables.
En este escenario, el camino inexorable hacia 5G sobre el que transitarán los operadores será el de la tecnología DSS (compartición dinámica de espectro por su sigla en inglés). Es lo que Junquera llama el “súper refarming” porque la idea es ofrecer tecnología 5G pero combinada con LTE que habilita ese acceso. Un acceso con truco, tal como fue descripto, porque al ver los usuarios que en su teléfono aparece el ícono de 5G cuando se muevan por una zona con esa cobertura impulsará una adopción más rápida y, así, los operadores podrán ir hacia standalone (SA) más velozmente.
La tecnología 5G DSS se está utilizando en Europa, Estados Unidos y en Brasil, aún cuando en este país la licitación de espectro recién se convoque a fin de año. La ventaja es que permite una cobertura 5G más amplia de salida.
Esto motiva, a su vez, cambios en el ecosistema de proveedores favorecido por el trabajo que se impulsa desde la alianza entre Telecom Infra y O-RAN, y que responde a una demanda de los operadores de telecomunicaciones.
Evidencia de ello fue el memorándum de entendimiento que, a principios de este año, sellaron Deutsche, Orange, Vodafone y Telefónica donde se comprometieron a impulsar Open RAN en el continente, a lo que se sumó que “Orange ya advirtió que quiere que sus equipos RAN quiere que sean compatibles con Open RAN”, recordó Junquera.
“Es demanda de los operadores desagregar el RAN y que no venga paquetizado por cada proveedor. Si bien inicialmente podría encarecer la situación para los proveedores, luego se reduciría y promovería la innovación”, señaló.
Tras mencionar las iniciativas de 5G en el espacio orientadas a dar cobertura de esta tecnología a todo el planeta con satélites de baja órbita, sostuvo que la importancia de esta tendencia pasa porque habrá aplicaciones que sólo serán para la internet de las cosas, y otras para la cobertura en zonas remotas a precios razonables.
Finalmente, el director editorial de TeleSemana abordó el tema de la seguridad en 5G, más prioritario que nunca en función de que si la promesa de esta tecnología pasa por mejorar la experiencia de usuario no hay nada peor que se roben sus datos o que se cometa fraude contra ellos o los operadores. La pandemia puso el tema sobre la mesa cuando, por efecto de la mudanza de las oficinas a los hogares, muchos protocolos de seguridad fueron violados con los consiguientes riesgos y daños que eso provocó en los sistemas tanto de las empresas como de los empleados.
En este punto, Junquera planteó el tema sin medias tintas: “La seguridad solo puede ser un problema mayúsculo para los operadores o un potencial negocio para los que sí se preocupen por ella, no va a haber un punto intermedio”.
El fallo encontrado en Network Slicing, el corazón de la seguridad de 5G, hace unas semanas que permitió acceder a datos y fomentar ataques DdoS entre distintos segmentos de la red mostró cuán expuestos a ciberataques pueden quedar expuestas las empresas clientes. Si bien casi en simultáneo a este descubrimiento Dish, un operador de los Estados Unidos, publicó un documento en el que informó que estaba construyendo una red 5G súper segura a partir de varios acuerdos estratégicos, resulta clave desde hoy abordar esa problemática.
“El tema de la seguridad es fundamental pues las redes 5G son igual de seguras o inseguras que 3G y 4G. Si queremos asegurar la experiencia del usuario la seguridad va a ser fundamental teniendo en cuenta que 5G interactúa con 3G y 4G”, subrayó.
Finalizó, en este marco, con un concepto extraído del paper que el Next Generation Mobile Newtorks (NGMN) publicó en julio pasado en el que aseveró que “Los operadores y los verticales deberían aumentar su compromiso para desarrollar alianzas y modelos comerciales de beneficio mutuo con el fin de desarrollar completamente el potencial de 5G” pues, consideró Junquera, que “si se quiere satisfacer a los usuarios hay que atenderlos bien”.
