En los siete años que México acredita la presencia de operadores móviles virtuales (MVNOs, por sus siglas en inglés), ya contabilizan la actividad de unos 27 (aunque haya muchos más registrados), que en total recaudaron 32 millones de dólares (650 millones de pesos mexicanos) en el primer trimestre de 2021, y cuyo crecimiento interanual es del 21 por ciento con un ARPU de usuarios también en alza, al tener un 25 por ciento más que en 2020; y cuyo costo promedio oscila entre los dos y los cuatro dólares (entre 60 y 80 pesos mexicanos).
Éstos y otros datos fueron expuestos por Ana De Saracho O’Brien, directora de Asuntos Públicos, Regulatorios y Mayoristas de Telefónica México, quien dio el presente en el Foro Virtual MVNOs 2021, que este miércoles realizó TeleSemana.com, y que nutrieron su análisis acerca de la coyuntura del negocio y de sus desafíos regulatorios.
En ese marco, la especialista repasó, por ejemplo, que los operadores activos desarrollaron cuatro tipos de estrategias, caracterizadas por forjar una fidelización de marca, como la que desarrolla la cadena de retail Walmart; las destinadas a nichos específicos de segmentos de la población, como el desarrollado por HerMobile, destinado a mujeres emprendedoras, o Pillofon, marca creada por el influencer local conocido como “Luisito Comunica. A estos, sumó otros dos, más tradicionales al sector de las telecomunicaciones, basados en valor agregado y los de Convergencia – 4Play.
“En la reforma regulatoria de 2013 se mandató que se compartiera la red de infraestructura mayorista y que esta red no pudiera competir en el mercado minorista”, resaltó la ejecutiva para subrayar que esa fue la plataforma que hoy permite alojar a buena parte de esta estrategia, al tiempo que recordó que desde instituciones como el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) se emitieron regulaciones que “fomentaran” su crecimiento y les dieran “certeza”.
En México, por ejemplo, los MVNOs pueden acceder a servicios ofrecidos por los concesionarios mayoristas, contar con numeración propia, fijar libremente las tarifas, realizar la gestión de sus usuarios de forma directa, entre otras libertades; al tiempo que señaló la existencia de otras determinaciones que alcanzó al negocio físico y virtual de la misma manera pero que consideró “difíciles de cumplir y gravosas” para los operadores móviles virtuales.
De Saracho O’Brien se refirió, por ejemplo, a las imposiciones de la normativa 184 que, por ejemplo, establece que tras recarga de saldo el prestador del servicio (independiente que sea virtual o físico) tiene que informar a su usuario el saldo, el éxito de la operación y los beneficios y “no digo que no sea correcto, porque es información transparente que el usuario merece; lo que digo es que tiene una serie de costos operativos para los MVNOs que les complejiza el modelo de negocio”.
En ese mismo sentido, señaló la existencia de normativas vinculadas a alertas tempranas ante desastres naturales, la geolocalización de los llamados realizados a sistema de emergencias, a requerimientos de conservación de la información por 24 meses y su análisis estadístico: “Todo conlleva costos que se hacen difícil de sostener en este negocio”.
El Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil (Panaut) también formó parte de este listado porque, a pesar de que todavía es blanco de debates y apelaciones legales, “se vuelve complejo el pensar cómo se implementarán sus obligaciones de recabación de información personal y biométrica de los usuarios, en caso que llegue a concretarse”.
“Son sólo ejemplos de algunas regulaciones que no son pensadas esencialmente para los MVNOs y que deberían, porque, en realidad, se necesitan modelos más ligeros para conseguir que haya más participantes en el mercado”, resumió la especialista y concluyó que “toda la regulación que existe valdría la pena revisarla, para defender a los usuarios pero también respetando los modelos de negocios”.
