Samsung invertirá 240.000 millones de dólares para la era post-pandemia con foco en chipsets y un milagro de fondo

Samsung quiere ser mucho más que una de las principales marcas de smartphones y aparatos de electrónica de consumo del mundo. Quiere ser la alternativa de reconversión industrial a partir de lo que dejó la pandemia y sus enseñanzas. Quiere reeditar “el milagro del río Han” en la era de la transformación digital. Sólo en este marco puede interpretarse la decisión de invertir 240.000 millones de dólares en los próximos tres años en Corea del Sur para innovar en negocios estratégicos, donde 5G será una de las áreas en la que concentrará esfuerzos dada la reestructuración de los negocios que vendrán con esta tecnología, y que tomarán otros bríos en esta década a medida que se vaya avanzando hacia 6G.

Buscará ese nuevo posicionamiento a partir de su unidad de semiconductores, que siempre tuvo relevancia en la compañía pero sobre la que nunca elevó mucho el perfil. Parte de la revolución industrial digital que ya se transita se sostendrá en esos chipsets. Y la empresa quiere liderar este proceso. Tal fue la palabra elegida para dar a conocer esta inversión que se concentrará en un 75 por ciento en Corea del Sur.

Este no es un punto menor. Corea del Sur cobra cada vez más relevancia en el mundo occidental, y no sólo por sus compañías de tecnología. Desde hace varios años se habla del “milagro del río Han”, tal como se conoce al proceso por el cual este país pasó de tener un PBI de 932 dólares per cápita en la década del 50 -cifra mucho menor a la que, por aquel entonces, ostentaban las economías latinoamericanas- a otro de 28.000 dólares cinco décadas después. Corea del Sur es uno de los mayores casos de estudio sobre crecimiento económico del siglo XX, crecimiento de riqueza que se basó, fundamentalmente, en la inversión en educación para su amplia población, y en ciencia y tecnología.

Samsung quiere liderar el proceso post-pandemia. Fue insistente con la palabra en su comunicado. Declamó la búsqueda de un crecimiento beneficioso para todos, fundamentalmente para los jóvenes y para las pequeñas y medianas empresas, para resolver los desafíos de su país y pegar un nuevo salto porque el nuevo escenario mundial se basará en la inteligencia artificial (IA), en 5G y 6G.

En este nuevo mundo que se está gestando los chips -que ya vienen registrando problemas de abastecimiento dada la intensiva demanda- se postulan como un factor central para la competitividad de las diversas industrias, desde la automotriz hasta la tecnológica propiamente dicha pasando por la salud, las ciudades, el entretenimiento, y tantas otras más. Un escenario que, además, está signado por la competencia entre China y Estados Unidos, donde Europa también hace su juego, y en el que Samsung podría perfilarse como una alternativa a esta batalla geopolítica.

Al anunciar la millonaria inversión, la compañía coreana señaló que con el Covid-19 se incrementó la importancia de las vacunas y, con ella, la de la industria biofarmacéutica; que los bloqueos económicos en el sector comercial obligaron a reformular la cadena de valor; que las brechas se ampliaron pero que también surgió más fuerte la necesidad de encontrar la equidad, de modo que los próximos tres años serán el foco de un gran reordenamiento en el mundo. Y Samsung quiere responder a lo que ese nuevo mundo pida: quiere ser el número uno en semiconductores de sistemas.

Se concentrará en la producción de memorias de 14 nm, DRAM, y Flash Nand; en sistemas de semiconductores, en nuevas tecnologías GAA como la producción temprana de 3nm; además de expandir el negocio de chips en nuevas aplicaciones, como la IA y los centros de datos.

La apuesta por los chipsets se debe a las “situaciones de emergencia” nacionales e internacionales que se vienen registrando en industrias de diversos países del mundo donde su escasez está provocando la parálisis de plantas automotrices, una de las más demandantes de estos dispositivos. Pero también tiene su impacto en la fabricación de smartphones y en otros sectores productivos.

“Los semiconducotres son la placa de seguridad de la economía coreana y la industria principal de la cuarta revolución industrial”, expresó la compañía en un comunicado donde también admitió que la encarada es una estrategia de defensa porque perder competitividad en este mundo significa quedar fuera de juego. Al menos de las grandes ligas.

China y Estados Unidos están invirtiendo grandes sumas en sus industrias de semiconductores, lo mismo que Europa. Se trata de una competencia en donde nadie quiere quedar afuera por todo lo que se juega en términos de geopolítica, y de ahí la insistencia de Samsung por hacer una apuesta fuerte en este terreno, y pretender liderar. Así como en los inicios del milenio la coreana se propuso ser la líder mundial de la telefonía móvil, y lo logró, ahora quiere estar en lo más alto del podio del los chipsets porque es allí donde se juegan los próximos procesos industriales del planeta.

A tal punto es su compromiso con el tema que, para fundamentar los pasos a seguir, recordó que Estados Unidos planea invertir 50.000 millones de dólares en la industria de semiconductores y que la Unión Europea prevé tener una participación de mercado de 20 por ciento en este segmento en 2030. Vale sumar a la mirada coreana que China en 2020 recibió inversiones por más de 20.000 millones de dólares sólo en esta industria.

Intel, Taiwán TSMC, Qualcomm, Nvidia, Broadcom son algunas de las empresas que vienen anunciando inversiones millonarias en este terreno y que se preparan para cambios profundos en los despliegues de infraestructura de telecomunicaciones, y en los servicios y aplicaciones que se montarán sobre esas redes en el más amplio sentido de la expresión.

Además de continuar concentrada en 5G también invertirá en un centro de investigación de comunicaciones de próxima generación, es decir, de 6G -donde las principales compañías y los países ya están moviendo sus fichas porque no quieren quedar atrás- y fortalecerá capacidades en la inteligencia de red además de desarrollar productos innovadores para las nuevas infraestructuras como redes virtualizadas y abiertas, es decir, Open RAN con la intención de promover un ecosistema de soluciones que satisfagan esas futuras necesidades.

A esto se sumará el trabajo en IA, robots y supercomputadoras orientadas a la cuarta revolución industrial donde se profundizarán las inversiones en investigación y desarrollo pero sin dejar de lado las tecnologías anteriores a través del Centro Global de IA que querrá expandir a través de tecnología inteligente y dispositivos con algoritmos de alto rendimiento.

La electrónica de consumo también seguirá teniendo vigencia pues habrá esfuerzos inversores en las pantallas OLED y QD (puntos cuánticos) y en las baterías, tanto en las de alta densidad de energía como de estado sólido.

Se concentrará también en la biotecnología y la bioindustria definida por la compañía como industria del conocimiento de alto valor agregado, donde suma años de participación a través del desarrollo de productos específicos para ese segmento que, en el futuro, podría recibir inversiones todavía más agresivas.

Todo esto se apoyará en el desarrollo de capacidades tecnológicas, es decir, en el entrenamiento de jóvenes para que se incorporen al mercado laboral. De hecho, prevé crear 40.000 puestos de trabajo en este período. La compañía quiere crear una fuerza laboral de alta tecnología y, para ello, capacitará a jóvenes para que tengan los conocimientos que se necesitarán en los próximos años. Fortalecerá, asimismo, el ecosistema de start ups a nivel nacional a través del Creative Lab (C-Lab).

Samsung señaló que el cambio del paradigma del modelo de industrialización al de la economía del conocimiento será, en definitiva, el que rija a la economía global hacia adelante. Por eso apuesta fuerte y en un segmento clave de este momento de la historia. Se concentra en Corea del Sur pero, sin dudas, provocará impacto planetario. La competitividad nacional dependerá de asegurar el capital intangible, como la ciencia básica y la tecnología de origen, dice al final de su comunicado, en el que señala, además, llevar esta innovación para mejorar la capacidad de las pymes.

En otras palabras, una inversión millonaria para el mediano plazo con foco en Corea del Sur donde no queda ningún espacio descuidado, por el contrario, donde el abordaje de la transformación industrial contempla desde lo básico como es la capacitación hasta la generación de nuevos paradigmas del conocimiento. Todo para convertirse en un líder de semiconductores, el dispositivo tecnológico que, en definitiva, hará realidad la promesa de la transformación digital. Y que, tal vez, lleve “el milagro del río Han”, más allá de sus fronteras.

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Andrea Catalano es la Editora en Jefe de TeleSemana.com. Andrea es periodista y licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Cuyo. Desde hace más de 20 años sigue al sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones y su impacto en la economía y la sociedad. A lo largo de su carrera se ha desempeñado en prensa escrita, on line, radio y televisión.

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