Diciembre arrecia con los días que quedan por lucirse de 2021 y con ello, la pandemia de covid-19 se impone en todas las latitudes con una nueva cepa viral que implica una nueva y vertiginosa ola de contagios sucedidos con una escala inédita. Ambos datos, oriundos de la realidad cotidiana, tienen su impacto y correlato en las telecomunicaciones dado que la emergencia sanitaria planetaria aceleró la transformación digital y, por ende, propició nuevos hábitos, signados por el elevado consumo de datos, pero también por el arribo de las bonanzas y los desafíos que la tecnología de quinta generación implica para los mercados, los estados y las poblaciones al prometer, entre otras cosas, quintuplicar la demanda de conectividad e impactar en la brecha digital.
¿Y las redes? Deberán desplegar más de 550.000 sitios en toda América latina y multiplicar por cuatro el parque actual hacia 2030, tal como lo advierte el informe titulado “Nuevas dinámicas de la gestión de infraestructura de telecomunicaciones en América Latina”, cuyo contenido puede consultarse aquí y que fue elaborado por la consultora SmC+ Digital Public Affairs a pedido de American Tower Corporation.
La inversión estimada por este análisis para el despliegue de esa infraestructura de soporte necesaria, gira en torno a los 17.000 millones de dólares para 2030 y equivale a un tres por ciento de los ingresos anuales de los operadores de telecomunicaciones de la región: “Si los operadores destinaran el tres por ciento de sus ingresos anuales a estos modelos de infraestructura más eficientes como el de la compartición, podrían satisfacer la demanda de infraestructura pasiva, ampliar la cobertura y sostener la llegada del 5G hasta 2030”, dijo Sebastián Cabello, ex jefe de la GSMA para América Latina y CEO de SmC+ Digital Public Affairs.
“El despliegue 5G, apoyado en small cells y macro cells (en sitios donde coexistirán radios bases de distintas tecnologías, 2G y 3G, y radiobases 4G y 5G), hace necesario un incremento de cuatro veces la cantidad de sitios actuales” dice el informe y advierte que el ritmo de cada país dependerá de las asignaciones de espectro 5G que se hagan en cada caso.
Sin embargo, también arriesga el incremento respecto a la cantidad de sitios en 2021 para señalar que los de Argentina se elevarán en tres veces o en 55.000; los de Brasil en 240.000 o 3,7 por ciento; los de Chile hasta los 24.000 y/o en un 2,6 por ciento; los de Colombia, en 56.000 o en 3,2 por ciento; los de México, en 141.000 o un cuatro por ciento; y los de Perú, en 59.000 o en un 3,9 por ciento.
“Con la creciente demanda de conectividad y la necesidad de los operadores de ampliar su cobertura y reducir costos de despliegue, las empresas independientes de infraestructura han ido ganando terreno en la región llegando a poseer hoy más del 50 por ciento del parque de sitios de la región”, advierte el informe y sentencia que esto sucede “gracias a modelos más eficientes y sustentables, que permiten que distintos operadores de servicios de telecomunicaciones desplieguen sus activos en las mismas instalaciones, reduciendo sus costos y generando múltiples beneficios adicionales incluso a nivel urbanístico y ambiental”.
“Con un crecimiento de 10 puntos porcentuales en la participación de mercado de las empresas independientes de infraestructura para 2030, podríamos esperar un incremento más que proporcional del nivel de compartición de sitios, en el orden de los 16 puntos porcentuales en ese mismo período”, señaló Cabello
A su vez, el reporte también profundiza en las barreras que dificultan los despliegues, y destaca a las administrativas: “Muchas veces la regulación local se impone sobre lo nacional y genera retrasos e interferencias en la obtención de permisos de instalación y acceso a espacios públicos o privados, que son requisitos necesarios para la provisión de servicios de alcance nacional y que la pandemia ha evidenciado como esenciales”, sostuvo Rodrigo Jiménez Castellanos, Head de Asuntos Públicos, Comunicaciones y Sustentabilidad de American Tower para América latina y EMEA.
“Las nuevas forma de gestionar las redes con empresas dedicadas de infraestructura traen consigo una mejora cualitativa considerable en la conectividad y desarrollo del sector”, dice el reporte que también advierte que “la reducción del capital inmovilizado de los operadores en inversiones en activos fijos, convirtiéndolos en costos de operación (CapEx a OpEx), promueve una liberación de fondos que les permite enfocarse en el objetivo principal y diferenciador de su actividad, es decir, mejorar la oferta, la atención y los servicios”.
Se trata de un informe vasto que, a lo largo de sus 50 páginas, también hace referencia al impacto positivo que estos aspectos técnicos pueden provocar en el cotidiano de las poblaciones, y sentencia que, por ejemplo, un aumento en un uno por ciento de la inversión total en telecomunicaciones conlleva una reducción en el porcentaje de personas desnutridas de 0,011 por ciento y/o en el incremento del 0,09 por ciento del PBI.
América latina es la segunda región geográfica más urbanizada del mundo, al estarlo en un 81 por ciento, “lo que ofrece una oportunidad única para el desarrollo de ciudades inteligentes”, dice el reporte y advierte que “estos nuevos modelos de red y la densificación significativa de redes serán factores habilitantes para que pueda darse la transformación digital en las cadenas de valor e incrementar la productividad en la región”.
La estimación es que el impacto económico de la transformación digital prevista para 2030 totalice los 195.000 millones de dólares en las distintas cadenas de valor de América latina y resaltaron los segmentos de provisión de servicios públicos, como salud, seguridad, educación; además de los de manufactura inteligente y la agricultura y el procesamiento de alimentos.
