Tal vez hablar en la actualidad de la historia de una radio online pueda parecer algo carente de interés, pero a comienzos de la década de 2000 era un formato realmente innovador: si bien existían unas pocas emisoras empleando algunas tecnologías muy puntuales (como Real Audio), lo cierto es que el streaming en vivo era una rareza por aquellos días.
Para Tele-Semana, este proyecto innovador fue además la llave que le abrió las puertas de la industria. En una era que para muchos fue la época dorada de las telecomunicaciones, gran parte de su historia se escribía entre eventos y congresos. Radio Tele-Semana fue la punta de lanza que permitió a los Rafael Junquera y Juan Giménez ser parte de estos hechos, en primera persona. “La radio nos sirvió para viajar a muchos eventos en América Latina, Europa y Estados Unidos. Jugó un papel muy importante para relacionarnos cara a cara con la industria”, recuerda Rafa. Quien haya pasado por alguna feria de telecomunicaciones en los últimos 17 años muy probablemente recordará haber visto su aparatoso estudio móvil, con sus enormes headsets y grandes micrófonos naranjas.
Y si hablamos de eventos en la época dorada de las telecomunicaciones en América Latina, es imposible evitar mencionar el ITU Telecom Americas 2005 de Salvador (Bahía, Brasil), que fue el cenit de Radio Tele-Semana. Pero que también fue otro de los momentos en que el proyecto estuvo a punto de naufragar, justo ahí, en la Bahía de Todos los Santos. Pero primero, vayamos a los orígenes del proyecto.
Jorge Sirvent
“Me contacto con alguien en Miami que a su vez me conecta con una persona en Buenos Aires: Jorge Sirvent” recuerda Rafa. Locutor y productor de radio, muchos recordarán la voz de Jorge al pronunciar “Gemalto” entre los auspiciantes de la emisión.
“Con Jorge nos conectábamos mediante un aparato construido a medida, que se conectaba a una línea telefónica convencional mediante llamada o por Internet. Desde esa máquina, el audio se enviaba a un estudio central, y de allí a un servidor desde el que se emitía en vivo”, explica Rafa. Era un servicio limitado: el ancho de banda era una limitación frecuente en la época.
Radio Tele-Semana entonces se podía transmitir desde cualquier parte del mundo que tuviera una línea telefónica fija que pudiera conectarse a Internet por dial-up, o incluso por llamada convencional, directo hasta el estudio de Sirvent y de allí al mundo (telecom).
ITU Telecom Americas 2005
Llegó entonces el primer gran evento. “Al ITU Telecom Americas de Salvador, Bahía, nos llevan por la radio. Juan consigue vender la cobertura del evento por Radio Tele-Semana, con lo que logramos costearnos el pasaje y alojamiento”. También le brindaron la conexión a Internet en la locación del evento, un servicio que por entonces era altamente costoso. Así, Radio Tele-Semana tenía su estudio montado en un stand de la feria. “Teníamos un escaparate con un tinglado de micrófonos, auriculares, cables, y otros aparatos extraños que llamaba mucho la atención. A los invitados, la escena los intimidaba. La gente que pasaba miraba y pensaba que éramos un medio importante, o eso creíamos. Para nosotros era una validación ante nuestro público”, reflexiona Rafa. Era todo perfecto, menos por un detalle: la radio no funcionaba.
Llamadas salvadoras
Cuando fueron a conectarse el primer día, el aparato no lograba establecer enlace. Al parecer, el problema era la conexión a Internet.
“Salimos en taxi por toda la ciudad buscando un router, que era lo que creíamos que necesitábamos, porque en verdad no teníamos ni idea. Pero en Salvador de Bahía, en el año 2005, no abundaban las tiendas de electrónica que tuvieran routers. No había forma de completar el equipo de ninguna manera”, cuenta Rafa con resignación.
Juan y Rafa regresaron al hotel oscilando entre la desesperación y la derrota. No iban a poder cumplir con el compromiso asumido con el evento, y tal vez peor, la llave no funcionaba, y las puertas que antes parecían comenzar a abrirse ahora se cerrarían. La validación y reconocimiento que estaba tan al alcance de la mano podría perderse, tal vez para siempre. No iba a haber radio.
“Estábamos derrumbados, rotos. Tuvimos una llamada con la mamá de Juan, que fue increíble. Tengo muy presente cómo logró levantarnos el ánimo. Hay gente que logra llegarte cuando uno no ve el futuro de lo que estás haciendo, que confía y cree en ti, y eso hizo ella. Creía en el proyecto, y donde nosotros veíamos un fracaso y el final, ella nos hizo ver que sólo era otra piedra en el camino. Fue un momento importantísimo, desde mi perspectiva. Un punto de inflexión”, rememora Rafa con un alto grado de nostalgia.
Al día siguiente, Rafa y Juan hablaron con la organización, y lograron que les cedieran una línea telefónica. Usaron una llamada de larga distancia para conectar con el estudio de Argentina, de varias horas de duración por algunos días, que seguramente habrá costado una pequeña fortuna por la época.
Radio Tele-Semana no duraría muchos años. Rafa no recuerda bien por qué se acabó de cancelar —posiblemente porque saltaron a los videos, TeleSemana TV; una nueva tecnología que reemplazaba a otra—. Luego llegarían los podcasts, pero no era lo mismo que la magia de la radio en vivo; la adrenalina ante los imprevistos entre cables, micrófonos y consolas, y varios aparatos en medio que podían fallar y en efecto lo hacían.
“Lo primero que hay que decir es que la radio, desde mi punto de vista personal, es el medio de comunicación que más me gusta. Si yo dedicara a trabajar en un medio con un único formato, sería la radio. El video no me gusta particularmente; me gusta escribir, pero cada vez me cuesta más. De toda la vida he sentido pasión por hablar, que es lo que siento que se me da mejor. Yo soy un charlatán, puedo estar hablando y hablando por horas sobre un tema y dándole vueltas, y de todas las maneras no llegar a veces a ningún lado, pero es el ejercicio de verbalizar cosas lo que más me gusta hacer”.
