¿Qué países de la región están más centrados en desarrollar la inteligencia artificial (IA)? ¿Dónde las infraestructuras, el capital humano y las regulaciones funcionan como inhibidores o impulsores de la IA? ¿Qué rol ocupan los gobiernos y la participación ciudadana? Algunas de estas preguntas fueron dimensionadas en la primera edición del Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA), una radiografía regional realizada por el Centro Nacional de IA de Chile (CENIA) con el apoyo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
“Entre sus aportes, ILIA ofrece un panorama que facilita la comprensión de los contextos en los cuales se desarrolla la disciplina, así como la identificación de desafíos comunes, brechas particulares de cada país, y nichos donde deberían destinarse los esfuerzos de cooperación y desarrollo internacional”, dice este trabajo en su presentación y adelanta que se trata del comienzo de un camino y promete publicar actualizaciones periódicas.
Entre sus principales hallazgos, hay 11 aspectos prioritarios pero se destaca la diversidad regional porque “ningún país destaca transversalmente en todas las dimensiones consideradas”, del mismo modo que no existe la infraestructura necesaria en la región para procesar la gran cantidad de datos que se pueden obtener aún a pesar de sus características naturales y medioambientales, por ejemplo.
En cuanto a la cuestión de los recursos humanos, el trabajo adelanta que la región consigue retener a la mayoría de recursos talentosos pues sólo el 5 por ciento emigra, pero también advierte que la penetración relativa de habilidades tecnológicas y disruptivas, asociadas a la IA, es menor en América latina (2,16 por ciento) en la comparación global (3,59 por ciento).
La colaboración regional y la cooperación internacional con el resto del mundo son claves en el desarrollo de esta industrial. Por ejemplo, se precisó que en los últimos cinco años, la colaboración con Europa con Estados Unidos fue del 80,6 por ciento del total de las iniciativas, mientras que las sinergias realizadas entre países de América latina fue sólo del 7,7 por ciento, y advierte sobre la tarea pendiente de integración que hay por delante.
Otro aspecto que resalta es el vinculado a las oportunidades de inversión que involucra el desarrollo de la IA, tanto para su investigación como su desarrollo. Inclusive, lo pondera en 190.000 millones de dólares la inversión privada desembolsada en este sentido en 2022; sin embargo, advierte que la región latinoamericana no exhibe una gran porción, al involucrar 8.200 millones de dólares.
Inclusive, es importante el abordaje y estimación que este relevamiento realizó sobre la percepción de la IA en la regió. Mientras los medios de comunicación plantean el tema en clave positivo, al ponderarlo en un 41,65 por ciento de los casos frente al 12,6 por ciento de enfoques negativos, advierte que las conversaciones que se realizan en las redes sociales son mayoritariamente pesimistas: un 31,34 por ciento de expresiones negativas frente a un 23,15 por ciento positivo.
La infraestructura de conectividad, procesamiento de datos y la disponibilidad de dispositivos tecnológicos también formaron parte del abordaje, y reflejó que Chile mostró mejor desempeño, con el 71,32 por ciento; seguido por Brasil y Argentina, con 62,32 por ciento y 59,29 por ciento, respectivamente.
Y Chile también fue el país que mostró el mejor nivel de conectividad dado que el promedio de velocidad de descarga es de 89,18 Mbps. Detrás, se enlistan Brasil y Uruguay, con velocidades de descarga cercanas a los 55 Mpbs; mientras que el resto de los países tienen velocidades inferiores; en todos los casos, como consecuencia de la infraestructura de fibra óptica que se encuentra disponible.
El promedio de población con acceso a Internet en la región es del 74,3 por ciento y su uso llega al 60 por ciento; al tiempo que se subrayó que Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica y Uruguay, el nivel de acceso supera al 80 por ciento, mientras que el resto se ubica por bajo de ese promedio regional. “Estos resultados demuestran que, si bien siguen existiendo desafíos locales, en este indicador en particular la región muestra un buen grado de desarrollo”, reconoce el trabajo.
Como es de esperarse, después de ponderar la capacidad de conectividad y la infraestructura, el estudio observó el nivel de desempeño de procesamiento de datos y de cómputo regional para determinar que “los resultados regionales son desalentadores, considerando que a nivel global el máximo alcanza 120 puntos y que el puntaje de la región en promedio es 34,38, donde Chile y Panamá alcanzan el máximo regional de 42,5 puntos. Estos puntajes, a pesar de ser líderes en la región, apenas representan un tercio del puntaje máximo considerando la escala mundial”.
“Por otra parte, ningún país tiene un desempeño mucho más abajo del promedio regional, lo que indica que hay homogeneidad en las carencias y brechas que enfrenta la región en este campo de análisis”, admite el relevamiento y destacó que Brasil está posicionado como el octavo país del mundo en lo que respecta a la disponibilidad de, al menos, un supercomputador, al poseer nueve en todo su territorio y erigirse como el único país de América Latina y el Caribe que está dentro del ranking.
En lo que respecta a supercomputadores, Argentina, Chile, Colombia, México, Costa Rica y Perú, cuentan con solo un dispositivo de estas características cada uno; mientras que el resto no los posee. ¿Y data centers? Uruguay, Panamá y Costa Rica, son los territorios que más centros de datos poseen por cantidad de habitantes, seguido por Chile, Argentina y Brasil.
Con todo, el trabajo a cuyo contenido completo se puede acceder aquí, sirve como radiografía de la región pero también como punto de partida para entender y desarrollar estrategias acorde.
