La noticia se conoció a última hora del martes y corrió como agua por las redacciones de los medios de comunicación de todo el mundo: el grupo Saudí Telecom Company (STC Group), controlado en un 64 por ciento por el Estado de Arabia Saudita, se transformó en el principal accionista de Telefónica al adquirir el 9,9 por ciento de su capital (compuesto por el 4,9 por ciento de su capital social e instrumentos financieros que le permiten tener alcance a otro cinco por ciento de sus acciones y títulos financieros) por 2.250 millones de dólares (2.100 millones de euros).
Esta inversión “demuestra nuestra confianza en el liderazgo de Telefónica, su estrategia y su capacidad para crear valor. Como accionistas solidarios a largo plazo, estamos comprometidos a fortalecer nuestra asociación” dijo Olayan Alwetaid, CEO de STC Group, y adelantó que “no pretendemos adquirir el control ni una participación mayoritaria, sino que lo vemos como una oportunidad de inversión convincente para utilizar nuestro sólido balance y al mismo tiempo mantener nuestra política de dividendos”.
Según indicadores públicos, el operador saudí posee el 75 por ciento del mercado de telefonía y el 90 por ciento del tráfico de datos de su país, aunque también ostenta presencia en más de una decena de países donde atiende a 170 millones de clientes. Según el propio anuncio de STC sobre esta adquisición, “representa otro hito en la estrategia de expansión y crecimiento del Grupo STC y refleja la confianza en el crecimiento sostenible y el potencial de crecimiento de Telefónica”, al mismo tiempo que advierte que “Telefónica se beneficia de una cartera única de activos de infraestructura de primer nivel y plataformas tecnológicas de última generación, donde está desarrollando capacidades de última generación en áreas adyacentes como la inteligencia cognitiva, la informática de punta y el IoT (Internet de las cosas)”.
También recordó que los movimientos realizados involucró inversiones en el sector de la información, la comunicación y la tecnología en Arabia Saudita, pero también en otras latitudes, y repasó las adquisiciones realizadas en abril, cuando compró los activos de torres de telecomunicaciones de United Group en Bulgaria, Croacia. y Eslovenia, por unos 1.200 millones de euros.
“Telefónica y STC Group comparten muchas similitudes, con una visión de utilizar la tecnología para conectar a las personas y una estrategia para impulsar el crecimiento. Esta importante inversión a largo plazo por parte de STC Group es una continuación de nuestra estrategia de crecimiento, ya que invertimos en sectores vitales de tecnología e infraestructura digital en mercados prometedores a nivel mundial”, valoró Mohammed KA Al Faisal, presidente de STC Group.
Tal como lo indicó la agencia Reuters, este operador saudí también actúa en Kuwait y Bahrein, y es propiedad en un 64 por ciento del Fondo de Inversión Pública (PIF) de su país de origen, Arabia Saudita, al que reconoció como “el principal motor de la Visión 2030 del Príncipe Heredero Mohammed bin Salman para liberar a la economía de su dependencia del petróleo”.
Inclusive, fue el medio español El País, el que recordó que el porcentaje adquirido, el 9,9 por ciento, “es el límite que cualquier inversor extranjero puede comprar libremente de una compañía cotizada española”. Sucede que desde 2020 el gobierno español tiene la facultad de aprobación de adquisiciones mayores como estrategia tendiente a proteger las compañías locales provenientes de los considerados sectores estratégicos. Pero también subraya que, al tratarse de activos considerados parte de las “infraestructuras críticas” del país europeo también requiere de la autorización del Ministerio de Defensa y, por ello, la operación se partió en dos.
Mientras todos los ojos están puestos en los movimientos que esta operación introdujo a los mercados, otra parte de las miradas están expectantes de lo que sucederá en noviembre, cuando Telefónica presente su nuevo plan estratégico, en el que concentrará acciones hasta 2026.
