Las operadoras de telecomunicaciones pueden aprovechar el vendaval de la inteligencia artificial (IA) si actúan rápido. Si hasta ahora su foco estuvo en desplegar infraestructura para la conectividad, las redes que continúen construyendo tendrán que apalancarse en las posibilidades que abre la IA. Porque las empresas, los gobiernos y las personas se valerán de ella para su día a día. Hay cuatro caminos que pueden explorarse y que van desde los centros de datos hasta la gestión de la nube, pasando por la energía que se requiera para estas actividades y la posibilidad de brindar GPU como servicio.
Así lo detalla un nuevo informe de McKinsey en donde busca motivar a las telcos a empezar a transitar uno de los cuatro caminos que, a su criterio, debe seguir la industria para generar ingresos significativos. Sostiene que deben tomar decisiones rápidamente para evitar quedar más rezagados dentro de este proceso, más aún cuando son los hiperescaladores los que se han beneficiado por el creciente aumento del consumo de datos en la última década, con 5G como uno de los principales movilizadores de este comportamiento.
Crecimiento del tráfico de datos – Fuente: McKinsey
Destaca que la ventaja de las operadoras radica en la capilaridad y en su presencia en vastos territorios, hecho que les permitirá escalar soluciones y obtener beneficios rápidamente. Son, a su criterio, dos condiciones para satisfacer la necesidad de conectividad de alto rendimiento para soportar las aplicaciones de IA.
¿Cuáles son esos cuatro caminos que plantea McKinsey? Algunos son más fáciles de tomar, aunque depende de la infraestructura con que se cuenta. Otros exigen ejercicios adicionales donde la consultora parece haber olvidado que es necesario poner al cliente en el centro, aún cuando la necesidad de la telco sea grande. Los casos están concentrados en Estados Unidos, Asia y alguno que otro en Europa. ¿Qué puede aprovechar América latina? Veamos.
Escenarios para observar y actuar
El primero apunta a conectar los nuevos centros de datos con fibra. La consultora asegura que la demanda de data centers crecerá de manera exponencial, hecho que explica que se hayan anunciado inversiones para construir más de 2.600 centros de datos en los próximos años. La expectativa es que a partir de 2030 los proveedores de co-ubicación y los hiperescaladores operen unos 11.000 data centers a nivel global.
¿Qué rol tomarían las telcos en este escenario? El de conectar a todos estos data centers con fibra óptica para escalar las cargas de trabajo con fibra. La oportunidad de mercado está calculada entre los 30.000 y los 50.000 millones de dólares, aunque será Asia la que aprovechará mucho más estas posibilidades, habida cuenta del lugar que ya están ocupando. Las telcos podrían venderle o alquilarle esa fibra a los hiperescaladores para mejorar, por ejemplo, la redundancia. El informe cita el caso de Verizon con Google Cloud y Meta para proveerle infraestructura de red para las cargas de IA.
Esta posibilidad podría extenderse también con la fibra oscura. En este terreno, el reporte cita el caso de Lumen como proveedor de esta alternativa a Microsoft.
Demanda de data centers – Fuente: McKinsey
El camino 2 avanza sobre los servicio cloud, específicamente con el acceso a la nube de alto rendimiento con servicios de red inteligentes. Se prevé que la demanda podría ir por el uso de redes inteligentes para determinadas cargas de trabajo de IA -como aquellas que deben cumplir con ciertas regulaciones, como las de alojamiento de datos-o que las aplicaciones de IA accedan de manera automática a acceso a capacidad de red adicional cuando se trata de servicios sensibles.
¿Cuál sería el rédito para las operadoras en este caso? Podrían incrementar sus ingresos en el segmento corporativo, ya no por cobrar un abono sino por ofrecer servicios de valor agregado. “En el Reino Unido, British Telecom lanzó un servicio integral de redes y seguridad para clientes corporativos y del sector público británico, gestionado por expertos de British Telecom y que utiliza firewalls seguros y equipos de red de Fortinet para gestionar conexiones multisitio”, citó como ejemplo el informe.
Pero este camino está todavía en evolución. De ahí que McKinsey se haga una serie de preguntas para profundizar en este territorio ya que todo indica que las operadoras tendrán que realizar inversiones en software. Para orientar de manera adecuada, la consultora plantea una serie de inquietudes que van desde tener un visión y hoja de ruta del producto hasta con quiénes asociarse para desarrollarlo. Y, como siempre, la inquietud ineludible: cuál es el modelo de negocios y la monetización que promete.
Hay una pregunta que la deja al final y que, tal vez, haya que pensarla para el principio: ¿Comprarán los clientes esa solución? ¿A qué precio? Y previo a ello habría que responderse otra inquietud: ¿Qué necesitan los clientes para que yo, telco, invierta? Es decir, urge un diálogo con los clientes para que la telco se ponga en su lugar y no al revés.
“Al evaluar la oportunidad, los líderes deberán sopesar la incertidumbre actual del mercado con el coste de la inacción”, indica el reporte. Ese costo debe, inexorablemente, priorizar la pregunta sobre la necesidad del cliente.
Espacio, energía y GPU como servicio
La tercera vía que contempla McKinsey tiene que ver con el espacio y la energía que no se utiliza, para convertirlo en ingresos. Esto parece ser verdaderamente innovador por lo sencillo. Se trata de venderle o alquilarle a los hiperescaladores, proveedores de co-ubicación, y empresas de GPU como servicio (GPUaaS, por sus siglas en inglés) ese espacio infrautilizado, al igual que la energía disponible para su funcionamiento.
Esto permitiría agilizar la disponibilidad de los centros de datos para quienes requieren apoyarse en ellos para vender sus servicios. La construcción de data centers suele demorar unos cinco años, de modo que aprovechar esta ventaja puede ser convertir un activo ocioso en otro que genere ingresos. Es una oportunidad muy provechosa para las compañías que disponen de instalaciones de este tipo a nivel nacional o intervinculadas con la región en que actúan.
El cuarto camino está relacionado, justamente, con esto del GPU como servicio. Como todo lo que se ofrece en modo as a service, es una ventaja para alquilar computación de GPU a bajo costo, con flexibilidad, en contratos cortos o largos según la necesidad. Posibilidad que se puede ampliar a la provisión de IA, aún cuando se trate de inteligencia artificial que deba respetar soberanía. Entran también la entrega de pequeños clústeres de GPU para la inferencia de IA y el entrenamiento empresarial de modelos de lenguaje.
El reporte asegura, además, que este tipo de servicio crecerá de manera exponencial en los próximos años. Puso como ejemplo los acuerdos de Verizon con proveedoras de GPU y los de Indosat Ooredoo Hutchinson (IOH), Singtel y Softbank en Asia que ya lanzaron su propia oferta de GPUaaS. Añadió, en este escenario, que el mercado de GPUaaS podría moverse entre los 35.000 y los 70.000 millones de dólares a nivel mundial hacia 2030.
Una cifra tentadora. Y también optimista para cerrar un informe que -disponible aqui– plantea salidas, pero que inexorablemente obliga a las telcos a tomar decisiones rápidamente. Por un lado, a pensar en las posibilidades que habilita la demanda de IA y las cargas de trabajo asociadas a ella. Por el otro, a hacer las preguntas correctas a sus clientes. Esos mismos que deben estar en el centro de sus estrategias.
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