Qué tan cerca están los países y las regiones del mundo de lograr una conectividad universal y significativa (CUM, por sus siglas en inglés) y cuánto progresaron en el objetivo establecido por la Comisión de Banda Ancha de lograr que el costo de los servicios básicos sea menor al dos por ciento del Ingreso Nacional Bruto (INB) mensual per cápita para facilitar el acceso. Éstas fueron las preguntas rectoras que buscó responder el “Índice de Desarrollo de las TIC 2025”, que acaba de publicar la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (UIT) y cuyas conclusiones probaron que los servicios de banda ancha se volvieron más asequibles en la mayoría de las regiones y tipos de economía, pero que aún falta mucho por hacer.
Esta medición global del acceso a la CUM exhibe la asequibilidad de los servicios de TIC en el mundo, a partir de los datos recabados por la UIT de los precios al consumidor de los servicios de conectividad. La CUM es un objetivo político en sí mismo e involucra la posibilidad de que las personas tengan acceso a una conectividad segura, enriquecedora y productiva a un costo asequible; pero esto no implica que todos deban estar conectados todo el tiempo, sino que lo puedan hacer de forma óptima y asequible cuando y donde sea necesario. Y allí, la asequibilidad al servicio, se erije como una barrera.
En el camino de trazar los valores de los servicios y su evolución, la UIT analizó cinco canastas: la de banda ancha móvil de datos, que requiere un mínimo de 2 GB de datos y al menos tecnología de red 3G; la de bajo consumo de datos móviles y voz, que incluye un mínimo de 500 MB de datos, 70 minutos de voz y 20 mensajes SMS; y la de alto consumo de datos móviles y voz, con un mínimo de 2 GB de datos, 140 minutos de voz y 70 mensajes SMS. También, las canastas de bajo uso de telefonía móvil, que mide el precio de 70 minutos de voz y 20 mensajes SMS basados en proporciones específicas dentro/fuera de la red/fijos; y la de banda ancha fija, que representa una suscripción mensual con al menos 5 GB de datos y una velocidad de descarga de al menos 256 kbit/s.
A modo de grandes conclusiones, el informe exhibe que el valor de la canasta de banda ancha fija en 2024 en los mercados con ingresos altos logró el objetivo del dos del INB per cápita por ciento con creces, al ubicar su promedio en el uno por ciento; a la vez que las canastas móviles se ubicaron entre el 0,4 y el 0,6 por ciento.
Sin embargo, sigue siendo un desafío para el resto. En el caso de los países cuyos ingresos son medios altos, donde la banda ancha fija se situó en el 2,6 por ciento del INB per cápita y las móviles oscilaron entre el uno y el 1,7 por ciento. Y un desafío de porte para las economías con ingresos medios bajos, donde sólo la canasta móvil de nivel básico logró el objetivo, al ubicarse en el 1,5 por ciento; mientras que las otras cuatro canastas oscilaron entre el 2 y el 6,4 por ciento. Ya en los países de ingresos bajos, los costos de las canastas móviles oscilaron entre el 6,2 por ciento y el 13,3 por ciento; con un 29,2 por ciento para la canasta de banda ancha fija que es totalmente inasequible para la mayoría de las personas.
Es alentador que la asequibilidad mejorara en todas las canastas y en todos los grupos de ingresos. A medida que el progreso fue más pronunciado entre los grupos de ingresos más bajos, la brecha de asequibilidad se redujo. Para la canasta de alto consumo de datos móviles y voz, por ejemplo, la brecha de asequibilidad entre los países de ingresos altos y los de ingresos bajos disminuyó del 50,1 por ciento en 2018 al 12,7 por ciento en 2024.
“Para demasiadas personas en todo el mundo, el costo de los servicios de conectividad sigue representando una parte desproporcionada de los ingresos. Esto les impide participar plenamente en la economía digital, acceder a servicios vitales o ejercer sus derechos en un mundo cada vez más digital”, sostuvo Cosmas Luckyson Zavazava, director de la Oficina de Desarrollo de las Telecomunicaciones del organismo en el informe.
El funcionanario dvirtió que “la banda ancha fija sigue siendo en gran medida inasequible para grandes segmentos de la población, especialmente en países de bajos ingresos. Incluso donde los servicios son asequibles en promedio, persisten brechas significativas dentro de los países, afectando desproporcionadamente a quienes ya están marginados. Y a medida que los servicios digitales se vuelven más intensivos en ancho de banda, la asequibilidad debe evaluarse no solo en términos de precio, sino también en relación con la calidad y la adecuación del servicio”.
Más asequibles, región por región
La primera conclusión reflejó que todas se volvieron más asequibles desde 2018. “Las cuatro canastas móviles mejoraron entre un 9,2 y un 11,1 por ciento en promedio por año entre 2018 y 2024, aproximadamente tres veces más que la canasta de banda ancha fija (3,1 por ciento en promedio por año). La tendencia se interrumpió en 2020-2021, lo que corresponde al pico de la pandemia de Covid-19, cuando los niveles de ingresos cayeron”, dijo el informe.
Agregó, en ese sentido, que “las ganancias en asequibilidad se aceleraron entre 2022 y 2024: los precios de las canastas móviles como porcentaje del INB per cápita cayeron entre un 14,1 y un 17,9 por ciento anualmente, mientras que el precio de la canasta de banda ancha fija cayó un 9,4 por ciento anualmente”.
Imagen: Pixabay
Sucede que en 2018, esta Comisión había establecido siete objetivos “ambiciosos pero alcanzables” en materia de achicamiento de la brecha digital. Para 2025, por ejemplo, el que establece que los servicios de banda ancha de nivel básico deben ser asequibles en los países en desarrollo, y ubicarse en menos del 2 por ciento del INB per cápita. Y este relevamiento reflejó que el promedio global para las canastas de banda ancha móvil, con al menos 2 GB de datos, se ubicó por debajo del objetivo del 2 por ciento. A su vez, que la canasta móvil más cara –datos móviles y voz de alto consumo– cayó por debajo del objetivo por primera vez en 2024. En contraste, el promedio global del precio de la canasta de banda ancha fija estuvo en el 2,5 por ciento.
“La asequibilidad mejoró en todas las canastas y en todas las regiones de la UIT, con algunas excepciones”, dice el informe –que está disponible aquí– y ejemplifica casos como el de África, donde el costo de todas las canastas móviles para los consumidores oscila entre el tres y el siete por ciento del ingreso promedio; mientras que la banda ancha fija se mantuvo en el 14 por ciento.
En lo que al continente americano respecta, la canasta de datos móviles y voz de alto consumo se encareció en 2024 y se mantuvo por encima del dos por ciento. Las otras tres canastas se volvieron más asequibles y todas cuestan todas menos del dos por ciento. A su vez, el precio de la canasta de banda ancha fija cayó hasta el 3,2 por ciento del INB per cápita.
En las regiones de los Estados Árabes y Asia-Pacífico, la asequibilidad de todas las canastas mejoró. Las de servicios móviles se situaron por debajo del dos por ciento, mientras que la de banda ancha fija en ambas regiones permaneció por encima de ese objetivo. En la Comunidad de Estados Independientes (CEI), el costo de la canasta de banda ancha fija para los consumidores, expresado como porcentaje del INB per cápita, disminuyó en 2024, tras un notable incremento en 2023. No obstante, esta cesta aún superaba el objetivo del dos por ciento. Por otro lado, las cuatro canastas de servicios móviles en la CEI oscilaron entre el 0,7 por ciento y el 1,2 por ciento del INB per cápita, a pesar de una ligera disminución en la asequibilidad de las vinculadas con datos móviles, voz de bajo consumo y de telefonía móvil de bajo uso.
Europa, por su parte, se destacó como la única región en la que todas las canastas superaron con creces el objetivo: la de banda ancha fija fue del 1,1 por ciento; y las cuatro de servicios móviles fueron del 0,5 por ciento del INB per cápita.
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