Los celulares pueden acabar con su vida, pero también pueden salvarla

Volvemos a ese momento de nuestra historia donde alguna organización —esta vez no es cualquiera— nos alerta que los teléfonos móviles pueden provocar tumores malignos (cáncer) cerebrales, enfermedad considerada como mortal. El World Health Organization (WHO) alertaba ayer sobre la posibilidad, no porque haya realizado un nuevo estudio, sino porque varios científicos han evaluado toda la literatura existente sobre el tema, concluyendo que la amenaza es real: las campos electromagnéticos no son saludables.

El aviso llega cuando en el mundo hay más de 5.000 millones de personas con teléfono móvil y con la mayoría de países del planeta con cobertura nacional. Es decir, todo la parte sólida de nuestro planeta vive bajo un campo electromagnético. La alerta ya llegó cuando sólo había 1.000 millones, cuando había 2.000 millones y 3.000 millones. Esta alerta no es nueva ni tampoco concluyente, pues si tenemos que balancear la literatura hasta ahora existente sólo encontraremos contradicciones.

De hecho, el anuncio de WHO vuelve a reflejar el nivel de contradicción entre los que creen que no hay prueba concluyente sobre los celulares y los tumores cerebrales y los que creen que la evidencia es suficiente como para tomar precauciones.

Algunos expertos, temiendo una alerta generalizada de la población, aseguran que los celulares son tan cancerigenos como tomar café, esnifar el humo de los tubos de escape o tomar Valium. Los que creen que sus efectos son cancerigenos advierten de posibles daños en el DNA de los seres humanos que sufren elevada exposición a estos dispositivos.

Los celulares, como cualquier otro dispositivo, puede ser ciertamente mortal de muchas formas. Por ejemplo si se utiliza conduciendo o le cae a uno un celular en la cabeza desde un sexto piso. Las radiaciones de los celulares, son de menor intensidad que las causadas por el sol, que sí sabemos que provocan cáncer en la piel cuando se produce un exceso de exposición o en personas con tez muy blanca y poco preparada para absorberla.

Por lo tanto, si el celular causa daños en el DNA, ¿por qué sólo provoca tumores cerebrales y no de hígado? Con esto no queremos argumentar que el celular no pueda provocar cáncer, pero sí que alertamos que no hay una relación causa efecto demostrable de esta situación bajo uso del celular en condiciones normales. El exceso de radiación y cierta propensión pueden ser en conjunto el factor que dispare la formación de cáncer en ciertos individuos, pero no necesariamente podemos dibujar un escenario donde el uso del celular conlleva como consecuencia la aparición de un cáncer.

Es muy posible que dicha relación no llegue a poder demostrarse jamás, precisamente porque todos bebemos café, esnifamos humo de tubos de escape en las ciudades y algunos —yo no, faltaría más—toman Valium. No está demás usar el teléfono con moderación, al igual que es recomendable no tomar 20 tazas de café al día.

Y que conste, que por cada muerte que pueda provocar el mal uso del celular, es posible que estos dispositivos salven como mínimo otra, por lo que en el peor de los casos el dispositivo en su relación con los humanos está en empate técnico. Con otros mamíferos el resultado puede que no sea tan favorable.

Cuenta con más de 22 años de experiencia cubriendo el sector de las telecomunicaciones para América Latina. El Sr. Junquera ha viajado constantemente alrededor del mundo cubriendo los eventos de mayor relevancia para la industria en América, Europa y Asia. Su experiencia académica incluye un BA en periodismo escrito por la Universidad de Suffolk en Boston, MA, y un Master en Economía Internacional en la misma institución.

Recuperar contraseña

Por favor ingrese su nombre de usuario o dirección de correo electrónico. Recibirá un enlace para crear una nueva contraseña por correo electrónico.