La Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) presentó un informe sobre la inversión de siete millones de dólares que realizó el año pasado para el despliegue de la Red Nacional de Impulso a la Banda Ancha (Red NIBA). Según publicó El Universal, el informe asegura que se “mantiene una agresiva política de telecomunicaciones para incrementar la infraestructura y el espectro disponible para la industria, así como para promover la competencia en los mercados y la calidad en los servicios”, aunque no se precisaron cuáles fueron las obras, ni el destino concreto de la inversión.
“Alcanzar una penetración de 60 por ciento es una meta de Estado que se pretende alcanzar a través de diversos programas y acciones de gobierno”, indicó la SCT. El nivel de penetración parece ser más una expresión de deseo que una posibilidad a concretarse en el corto plazo. No es que prime una cuestión de negativismo de nuestra parte, pero los números oficiales -es decir, los que el propio Gobierno presenta- están muy lejos del objetivo.
Los últimos datos oficiales indican que a fines de 2010, México contaba con una penetración de banda ancha fija de sólo el 10,4 por ciento, lo que se traduce en 11.325.022 de conexiones en todo el país.
El plan original tiene previsto para 2012 dar conectividad a los 2.454 municipios, 150.300 centros educativos, 30.000 centros de salud, 10.000 oficinas de los tres órdenes de gobierno, lo que sumaría 53 millones de conexiones.