El operador de Estados Unidos está a punto de violar una ley máxima en telecomunicaciones: primero se lanza la red y después los teléfonos. Nos resulta difícil encontrar el lanzamiento de una tecnología donde el operador primero lance el dispositivo y después la red. Siempre, en el pasado—corríjannos los más veteranos—los operadores lanzaban su red y aullaban a la luna porque los fabricantes de dispositivos aún no tenían los dispositivos disponibles. Era una ley tan natural, que el aullido del lobo era sólo un ritual heredado y no una queja formal.
Pero los tiempos han cambiado, de eso no hay duda, y el operador AT&T anuncia para este domingo el lanzamiento de los primeros dispositivos LTE, cuando su red aún no se ha lanzado de forma comercial en el país. La fecha oficial del lanzamiento aún no se sabe con exactitud de forma pública, aunque los primero mercados sí fueron anunciados por el operador: Chicago, Atlanta, Dallas, Houston y San Antonio, antes de acabar el año. Para finales de 2011, el operador espera estar presente con LTE en 15 mercados que cubrirían el 70 millones de potenciales usuarios.
Estos dispositivos, que no son smartphones, todavía, cuentan también con la tecnología HSPA+, por lo que los usuarios que los adquieran a partir del 21 de agosto los podrán utilizar sin problemas.
AT&T lleva un considerable retraso con respecto a su máximo competidor, que cuenta ya con la red LTE comercial, cubriendo a día de hoy el 50 por ciento de la población del país y espera cubrir a 170 millones de usuarios para finales de años. Además, Verizon Wireless ya cuenta con una relativamente amplia gama de dispositivos LTE, incluyendo smartphones. De hecho, es este retraso el que precisamente le está beneficiando para poder romper la ley con la que abríamos la nota.
