El ente regulador de la competencia en Jamaica, la Fair Trading Commision (FTC), interpuso este mes una demanda ante la Suprema Corte para impedir la fusión entre Claro (América Móvil) y Digicel, según informó esta semana el diario Jamaica Observer. La agencia, que depende del Ministerio de Industria, Inversión y Comercio del Gobierno jamaiquino, apunta a lograr un pronunciamiento que eche por tierra con la operación entre los dos operadores e imponga además multas por cinco millones de dólares por cada infracción al Acta de Competencia (FCA, Fair Competition Act) que sea verificada.
A fines de agosto pasado, el Primer Ministro Bruce Golding había dado su autorización para la adquisición de Claro por Digicel, manteniendo para la firma irlandesa todas las obligaciones y compromisos asumidos por su par mexicano. Sin embargo, en esa ocasión Golding también advirtió de la necesidad de reforzar el marco legal para la industria de telecomunicaciones, para alinearla con las mejores prácticas y asegurarse de que los intereses de los consumidores sean resguardados.
Además de la demanda, la FTC interpuso también un recurso de amparo para bloquear la fusión, de la cual afirma que reducirá la competencia en el mercado de telecomunicaciones jamaiquino, hasta que la Corte Suprema emita su veredicto. El argumento de la agencia gubernamental es que los usuarios sólo pueden verse afectados negativamente por la unión de los operadores.
El regulador sostiene que entre marzo de 2007, cuando Claro ingresó al mercado, hasta marzo de 2011, cuando el acuerdo con Digicel fue anunciado, los beneficios para los usuarios derivados de la competencia entre Claro, Digicel y Lime (Cable & Wireless) superaron los 16.000 millones de dólares. De acuerdo con Jamaica Observer, todavía no hay una fecha fijada para la audiencia judicial.
Vale recordar que la fusión de los operadores en Jamaica es parte de una operación regional entre ambos grupos de telecomunicaciones. Según el acuerdo que ambas compañías anunciaron en marzo de 2011, Digicel se quedará con la filial jamaiquina de Claro, Oceanic Digital Jamaica Limited, además de una cierta suma de dinero cuyo monto no fue revelado, a cambio de ceder al grupo mexicano sus operaciones en Honduras y El Salvador. Una jugada de Claro orientada a fortalecer su posición en Centroamérica, a cambio de ceder terreno en el mercado angloparlante de la isla.
La acción de la FTC es el segundo revés que sufre la operación tras la aprobación en agosto del Primer Ministro. El primer intento, también ante la Corte Suprema, fue del competidor Lime, pero el juez Bryan Sykes determinó que la autorización de Golding fue realizada respetando la regulación vigente. La filial de Cable & Wireless había reclamado ante el máximo tribunal que la aprobación fue ilícita y/o fue afectada por un ejercicio impropio del poder de Golding. Sin embargo, la operación fue permitida por el Primer Ministro en su rol de ministro con competencias en telecomunicaciones.
En opinión de Lime, la operación dejará a Digicel en una clara posición monopólica, afectando la competencia en el mercado local.
Golding posteriormente manifestó al Parlamento su convicción de que Claro, que tenía algo más de medio millón de clientes, habría abandonado de todos modos el mercado jamaiquino, si la operación con Digicel no prosperaba. Además, el Primer Ministro dejó en claro que no contaba con demasiadas opciones, ya que el marco regulatorio del mercado jamaiquino estipula que debe garantizarse la aprobación a una transferencia de control si el solicitante cumple los requisitos estipulados.
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