Después de que esta semana, Telefónica anunciara la renovación del acuerdo con sus socios italianos en Telco —accionista mayoritario de Telecom Italia—, las reacciones no se hicieron esperar. La movida en Telco le da al operador español una mayor participación económica en el consorcio —y por ende, en Telecom Italia—, pero Telefónica asegura que no incrementa su participación en acciones con derecho a voto. En otras palabras, afirma que su poder de decisión en el control del operador italiano permanece invariable.
El movimiento tiene repercusión directa en dos de los principales mercados latinoamericanos, Argentina y Brasil. En estos dos países operan filiales tanto de la española como de la italiana, por lo cual una mayor presencia de la primera en el control de la segunda puede llegar a impactar en la regulación de la competencia.
Por el lado argentino, el Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios (Minplan) ya dio instrucciones para analizar toda la documentación disponible, para determinar si vulnera los compromisos asumidos ante el Estado argentino en octubre de 2010. La Secretaría de Comunicaciones (Secom) y la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC) son los organismos que evaluarán la información por orden del Minplan, que también mandó a que se le dé parte a la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC), en el ámbito del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
Según un cable del Minplan, “Telefónica de España, sus socios Intesa San Paolo, Assicurazioni Generali y Mediobanca en Telco, y Telecom Italia, se comprometieron a observar conductas que limitaran el control de la empresa española respecto de las operaciones en la Argentina, lo cual implicaba no innovar respecto de las relaciones de control que esta detenta a efectos de evitar un mayor poder de mercado “aguas abajo” en Argentina (Telecom Argentina y Telefónica de Argentina)”.
Según indican desde Planificación, Telefónica se autolimitó en la cadena de control que comienza en Telco e impacta en la toma de decisiones que involucren a Telecom Italia en Argentina, y cualquier cambio “debía ser procompetitivo y ser aprobado expresamente por el Gobierno argentino”.
En Brasil, en tanto, la Presidenta Dilma Rousseff —consultada por medios locales— expresó que será el Conselho Administrativo de Defesa Econômica (CADE) quien deberá pronunciarse sobre el acuerdo de accionistas de Telco. Dilma también dijo que la opinión de Paulo Bernardo —ministro de Comunicações— no es la posición del Gobierno, todavía.
Ayer, Bernardo había señalado que Telefónica no podría tener el control tanto de su subsidiaria Vivo como de la de Telecom Italia, TIM, porque ello va en contra de la legislación del país. Aunque aclaró que aún había que aguardar al pronunciamiento del CADE y de la Agência Nacional de Telecomunicações (Anatel).
En lo que se enfocó el titular del Ministério das Comunicações (Minicom) es que un mismo grupo económico no puede tener dos operadores celulares en el país. Por lo cual, si las autoridades correspondientes llegasen a determinar que Telefónica tiene poder de decisión en el control del operador italiano, la firma podría verse obligada a desprenderse de TIM.
Los reguladores de competencia y del sector ya están siguiendo la operación. Cabe ahora esperar la determinación a la que llegan en dos mercados clave para los operadores en América Latina.
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