La semana pasada, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) de Honduras concluyó la licitación pública CNT-CP003/2013, que otorgaba dos concesiones de espectro en la frecuencia de 1700-2100 MHz (AWS, Advanced Wireless Services) para servicios 4G LTE. No hubo sorpresas, y los ganadores fueron justamente los dos operadores móviles privados establecidos, Claro (América Móvil) y Tigo (Millicom), que pagaron un total de 24 millones de dólares por las concesiones y que fueron también los únicos postores. En otras palabras, no habrá entonces un nuevo competidor en el mercado hondureño. Vale recordar que un tercer bloque en esta banda fue reservado para la Empresa Hondureña de Telecomunicaciones (Hondutel).
De acuerdo con Ricardo Cardona, presidente de Conatel, ambos operadores tendrán un plazo de entre 15 y 18 meses para comenzar a brindar servicios sobre esta banda. Según la adenda 3 a las bases de la licitación, al término de tres años de entrada en vigencia de las concesiones los operadores deberán cubrir 14 ciudades y carreteras del país con la red LTE. Cada concesionario también deberán aportar un fondo de 100.000 dólares a Conatel, que se destinará a la adquisición de equipamiento para el monitoreo de calidad de servicio en las redes, además de entrenamiento y 100 terminales móviles tanto al regulador como a servicios de emergencias.
En referencia a los parámetros de calidad exigidos, la adenda establece una disponibilidad total de cobertura ofrecida del 90 por ciento; bloqueo de radiocanales menor o igual al dos por ciento; disponibilidad de enlaces superior al 99,99 por ciento; y cumplimiento de las recomendaciones UIT-T G1010, UIT-T E.800 y UIT-R M.1822 de la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (UIT) entre otras.
En el documento también se incluyeron obligaciones de servicio universal, que incluyen acceso a banda ancha gratuito para bibliotecas, colegios y escuelas públicas, centros de salud públicos, centros comunitarios y telecentros en su área de cobertura. La cantidad de accesos ofrecidos a estas entidades deberá ser proporcional al cinco por ciento del total de usuarios 4G de los operadores.
Mientras tanto, la gran incógnita sigue siendo Hondutel. El operador estatal se benefició con uno de los bloques AWS, pero en la actualidad no tiene medios para afrontar la inversión que demanda el despliegue de una nueva red. De hecho, la telefónica actualmente afronta embargos que le dificultan el pago de los salarios al personal.
La apuesta del Gobierno hondureño hoy pasa por conseguir un socio privado con los recursos necesarios para la construcción de la infraestructura. A mediados de septiembre, el Presidente Porfirio Lobo Sosa tomó la decisión de vender a un socio privado el 51 por ciento de la telefónica estatal, transformando así a Hondutel en una empresa mixta, controlada por una firma privada, pero con participación del Estado nacional. Así las cosas, la concesión de espectro para 4G aparece como atractivo de la estatal para el ingreso de un tercer operador al mercado hondureño.
Lo que todavía es una incógnita es si este atractivo será suficiente para interesar a un operador privado, teniendo en cuenta que deberá desarrollar el negocio desde cero, en un mercado con baja penetración de smartphones. Y además, está la situación de Hondutel: la compañía hace tiempo que se encuentra en un estado de deterioro, con dificultades en su balance y problemas para obtener el presupuesto necesario para funcionar.
El Gobierno espera definir un socio estratégico para fines de diciembre de este año, es decir, dentro de un plazo de tres meses. De no cumplirse este plazo, la venta del control de Hondutel podría encontrar dificultades, ya que el 26 de enero de 2014 finaliza el mandato del Presidente Lobo, para ser sucedido por el mandatario que resulte electo en las próximas elecciones presidenciales de noviembre. De no ocurrir antes de esta fecha, el futuro de Hondutel quedaría en manos del próximo Gobierno.
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