LAA parece que va en serio y LTE-B podría ser un bluff

LAA y LTE-B son dos conceptos que suenan con fuerza en la industria de telecomunicaciones y, apoyados en los resultados de una encuesta de BCN 2017, fueron también los ejes de un nuevo debate en TeleSemana. Usos y alcances, costos y cuán complejo puede ser la implementación en Latinoamérica fueron algunos de los temas analizados.

Comenzó Javier Pereyra, gerente de Desarrollo de Negocio de Small Cells y Wi-Fi de Nokia en la región, quien explicó que la inversión del operador para LAA es sencilla ya que se dará una suerte de Carrier Aggregation entre una banda licenciada, que se usará como anclaje, y otra no licenciada. Desde ese concepto no debería haber mayores problemas para que sea una realidad, aún en Latinoamérica.

Pereyra agregó que al ser una banda no licenciada cualquiera puede transmitir, por lo que hay competencia entre las señales. En consecuencia, los reguladores limitan la potencia de transmisión para lograr una menor interferencia. En este contexto, sentenció: “Los despliegues de LAA van a ser por small cells”. Así, lo único que debe hacer el operador es apuntar a small cells que soporten más de una banda pues, si bien es técnicamente posible utilizar macroceldas, de la otra forma se simplifica la arquitectura.

El ejecutivo defendió con argumentos su postura y luego fue más allá: “Podemos ver que LAA es un paso intermedio entre 4G y 5G, donde las arquitecturas de las redes cada vez más tienden a small cells por el uso inherente de frecuencias altas”. La definición fue contundente y dejó la puerta abierta a la reflexión y también para preguntarse si Latinoamérica está preparada para esto.

Helio Oyama director de desarrollo de Producto en Qualcomm, coincidió con la tendencia mostrada en la encuesta y señaló que el despliegue de LAA en Latinoamérica comenzará en la segunda mitad de 2017 y se verá aún más fuertemente en 2018. También Pereyra, que agregó que hay muchos operadores que ya están en fase de pruebas y hasta planificando compras para iniciar el despliegue.

“Bajo la perspectiva de los dispositivos ya estamos listos, Snapdragon 835 ya soporta LAA”, asentó Oyama y dijo que desde el punto de vista de los aparatos “el costo es marginal”. En el caso de Qualcomm se apuntó en primera instancia a la gama alta y luego irá por la media y la baja.

Luego, se propuso otro debate. El 87 por ciento de los encuestados en BCN 2017 cree que LTE-B tiene futuro en Latinoamérica. Sobre esto, los oradores tuvieron miradas diferentes: mientras Oyala defendió la posición de la mayoría, Pereyra disintió, argumentando que “ha faltado un factor de negocio que justifique la inversión del operador”. Añadió que no observa buenas posibilidades de monetización pero quizás puede ser una buena herramienta para el ahorro de recursos espectrales en el futuro.

El representante de Qualcomm, por su parte, defendió su posición diciendo que en 4G se brindan ventajas para LTE-B que antes no se tenían, como la posibilidad de incorporarlo en todas las bandas. Ante los posibles usos, señaló que no sólo será útil por la transmisión de video, sino para actualizaciones de software o digital signage.

Aquí se abre otro debate, pues no termina de quedar claro si LTE-B es el huevo o la gallina en las necesidades de la industria, si llegó para resolver o simplemente se incorporará para luego ver qué incendio apaga en el acalorado mercado latinoamericano. Las cartas están listas pero, quizás, antes haya que decidir a qué se juega.

Nicolás Larocca es Técnico Superior en Periodismo (TEA) y Locutor Integral (ISER). Durante su carrera profesional se desempeñó en diferentes medios radiales, digitales y en gráfica como productor de contenidos, redactor y analista. Tiene conocimientos en comunicación interna, deportes, bancos y seguros, y desde 2013 se especializa en el mercado de las telecomunicaciones a escala regional.

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