“La manera en que se ofertan los paquetes de datos encarece el servicio”

“La manera en que se ofertan los paquetes de datos encarece el servicio”
Yacine Khelladi, Web Foundation. Imagen: Web Foundation

Los avances de América Latina para cerrar la brecha digital son múltiples. En términos de cobertura, la región ha logrado avanzar con diferentes proyectos que hoy le permiten estar en una buena posición. Sin embargo, todavía queda el desafío de la asequibilidad y la adopción de servicios por parte de las poblaciones más desfavorecidas. Para hablar sobre estos temas entrevistamos a Yacine Khelladi, coordinador para América Latina y el Caribe de la Asociación por un Internet Asquible (A4AI), una organización que reúne a empresas que buscan hacer un Internet más económico.

La asociación trabaja en temas de inclusión digital, ¿cómo ve, en general, la situación en América Latina?

Las cifras principales son que el 82 por ciento de las personas están en línea, y la penetración de banda ancha móvil es del 40 por ciento. Sin embargo, tenemos un 35 o 34 por ciento de mujeres que todavía no están conectadas. Cuando se calcula por género o poblaciones indígenas, la brecha se hace más profunda y compleja.

Sobre la asequibilidad del servicio, es decir, el costo relativo al ingreso, usamos la medida de la Comisión de Banda Ancha de las Naciones Unidas que establece que el servicio de banda ancha debe representar un dos por ciento del ingreso. Esa es, todavía, la barrera principal.

Nosotros trabajamos en varios países que parecen asequibles, como República Dominicana, dónde el 90 por ciento de la población está cubierta con servicios y dónde un paquete de gigabit se puede comprar con el 1,43 por ciento del ingreso promedio nacional. Pero cuando analizas por quintiles de ingresos, te das cuenta que eso no es verdad para el 60 por ciento de la población. Los pobres, las personas que viven en zonas rurales y las mujeres son las que más sufren y los que más lo necesitan, porque hoy el acceso a Internet es condición para salir de la pobreza. La brecha digital está aumentando la brecha social.

El costo sigue siendo uno de los problemas principales, no tanto la disponibilidad de datos o cobertura. Hoy el servicio es demasiado caro para tener un uso empoderado, efectivo, un uso con sentido y estratégico para cambiar la realidad social y salir de la pobreza. Eso lo trabajamos creando coaliciones multisectoriales en cada país para hacer propuestas de conectividad pública. Lo más interesante de todo esto es el proceso, sentar a todos los interesados. Sentando a toda la gente junta se van ablandando las posiciones y se encuentran soluciones en las cuales todo el mundo va a salir ganando.

¿Qué resultados han tenido con estas comisiones multisectoriales?

En el ámbito de gobernanza e Internet se ha logrado. El problema es cuando entramos en cosas más puntuales como temas de espectro: ¿por qué el espectro es importante para el desarrollo comunitario? ¿por qué la asociación de cooperativas de mujeres rurales debería estar involucrada en la discusión de la banda de 700 MHz? Hay que empoderar a estos sectores. Las empresas solo quieren hablar con gobiernos porque es su interlocutor. Es natural. También del lado del gobierno, las personas de telecomunicaciones no están acostumbradas a tratar con múltiples actores. Se preguntan: ¿por qué vienen a hablarnos de derechos humanos si lo que hago es licitar espectro? Y la respuesta es que el espectro es un recurso público y el acceso podría ser un derecho humano o constitucional como es en México.

Crear esa costumbre de escucharse y de entender el uno al otro es importante. Y también la necesidad de empoderar a las personas porque muchas veces las comunidades rurales o alejadas están lejos de entender por qué es importante, por qué les concierne e impacta. Esta es la dificultad más importante: actores que no están empoderados o que no tienen un especialista. Para las empresas es fácil encontrar especialistas para llevar a cualquier asociación, foro o debate pero para las comunidades, no. Yo lo he vivido en procesos en República Dominicana y Guatemala dónde el mayor reto fue que estos grupos impactados puedan tener una opinión informada para poder contribuir.

Yo creo que hay que educar a todas las partes y que todo el mundo se tome el tiempo de escuchar y entender las posiciones del otro. Todos estos temas requieren ampliar el debate, incluir más gente y, sobre todo, empoderarla.

En América Latina hay un eterno reclamo por la carga impositiva, ¿cómo influye en la asequibilidad?

La última investigación que se ha hecho fue en África que han puesto unos impuestos a las redes sociales. Son impuestos que, por suerte, no tenemos en América Latina. En esos países los estudios demuestran que al encarecer el uso de las redes sociales se ha reducido el uso y aumentado el costo. Todo lo fiscal termina repercutiendo en el precio del consumidor.

La fiscalidad del sector es bien compleja, no es sólo lo que paga el usuario sino también lo que significa importar torres, equipos e incluso el espectro que podríamos considearlo como fiscalidad encubierta, directa o indirecta. También hay que ver los aparatos, porque el costo es importante y también hay que tomar en cuenta.

En República Dominicana pagamos un 30 por ciento sobre cualquier servicio y factura de telecomunicaciones (cable, televisión, Internet, datos, voz). Hay un 18 de IVA y un 10 por ciento de impuesto a bien de lujo que se suponía iba a ser transitorio pero se ha quedado. Hicimos un estudio del impacto de desmontar este 10 por ciento y la elasticidad es débil. La gente pobre si le aumentas un 10 por ciento va a seguir consumiendo, pero, por ejemplo, si antes podía chatear, hablar con la familia y estudiar, lo que encontramos es que va a dejar de estudiar y sólo hablar con la familia. Hay una redirección del uso cuando se aumenta el precio.

En Dominicana no podemos quitar el impuesto sin pensar en el impacto en el sector TIC y la economía del país. Se debe sentar a todo el mundo y hacer el trabajo de diálogo para encontrar el punto medio. Es el trabajo que hacemos en todos los países y vale la pena hacer.

¿Cómo evalúa los precios en nuestra región?

América Latina tiene una particularidad y es que el paquete de un giga es más barato que en otras regiones pero cuando se compran esos paquetes, hay una inflación escondida y es que no puedes comprar un giga solamente, hay una estructura de precios que sube el costo. Es más barata en promedio por giga, pero esos paquetes no existen. La manera en que los operadores ofertan los paquetes de datos encarece el servicio.

Recientemente hubo adquisiciones y fusiones entre operadores, ¿la consolidación tiene un impacto en los precios?

Seguro que sí, aunque todavía no se ha medido. Todo depende, igualmente, de que el regulador y la política pública haga movimientos inteligentes.

Yo no voy a decir que se debe transparentar completamente la estructura de costos de un operador pero si una consolidación ha permitido rebajar los costos de la operación, pues lo lógico es que eso se pueda ver en el precio.

Trabajé muchos años en el Caribe en muchas islas pequeñas dónde tener tres operadores para 17.000 habitantes no es la mejor opción, tener tres operadores que desplieguen tres redes de fibra no parece lo más costo efectivo. La competencia es lo mejor, con un regulador que deje jugar al máximo el juego pero no siempre funciona, hay muchos oligopoios. A veces los costos son altos porque hay competencia y hay países que hay un solo operador regulado, público o privado, que tiene mejores costos y puede ofrecer mejor servicio y más barato que si fueran dos.

Hasta dónde se pueda, es conveniente tener un entorno legal y regulatorio que empuje la competencia porque, en México, por ejemplo, se logró bajar los precios en un 60 u 80 por ciento. Igualmente, hay que ver qué es competencia porque yo conozco países dónde hay tres operadores pero le compran la conectividad internacional al mismo operador que controla los tres. No hay un modelo que funcione para todos, cada mercado es diferente y dentro de cada mercado, cada segmento puede ser diferente.

Al hablar de asequibilidad no es sólo un tema de precios sino también de calidad de servicio, ¿cómo ve esta situación?

Hay un informe que se hizo sobre calidad de servicio que básicamente encontraron que dónde peor es el servicio, más caro es. Los países que tienen buenos resultados generalmente tienen buenas políticas de regulaciones para mantener el costo bajo y una buena calidad.

La portabilidad, por ejemplo, no ha tenido impacto en el precio pero sí en la calidad. Las empresas se cuidan más en la calidad porque sabes que el usuario se puede ir mañana y lo pierdes.

Ahora estamos proponiendo un nuevo estándar que es el de conectividad mínima, es decir, cuáles son los estándares mínimos para un acceso de uso significativo. Ahí vamos a introducir, además del costo, el tema de calidad de servicio de la red.

Leticia Pautasio es periodista y Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Quilmes (Buenos Aires, Argentina). Durante su carrera profesional se desempeñó en gráfica, radio y medios de comunicación en línea. Desde 2009 se especializa en tecnología, telecomunicaciones y negocios; cubriendo la realidad del sector en América latina. En 2013 obtuvo el diplomado "El Periodista Latinoamericano como agente y líder en el desarrollo social" del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (México). Contacto: [email protected]

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