Las posibilidades en torno al futuro de Oi se barajan hace tiempo pero no fue hasta hace unos meses que la empresa anunció definitivamente que su segmento móvil estaría a la venta como parte de las acciones obligadas por su compleja situación financiera. A pesar de que todos sus competidores se habían mostrados interesados en el tema en el pasado, a mediados de febrero Telefónica y TIM confirmaron oficialmente interés conjunto en la operación. Superada la primera aproximación, las firmas ahora trabajan en los pormenores.
En el marco de la presentación de resultados de cada empresa para el período enero-marzo de 2020, los ejecutivos de cada una se refirieron al asunto. Dijeron que comenzaron a revisar los detalles de la posible adquisición y que es improbable que el contexto de pandemia altere los planes, porque se trata de un proyecto a mediano y largo plazo. “Oi colaboró y estamos revisando los datos”, dijo el presidente de TIM, Pietro Labriola, y agregó que podría haber novedades en junio, aunque no reveló de qué tipo.
“Estamos revisando la situación y podríamos tener una propuesta formal en los próximos meses”, añadió. El presidente de Vivo, Christian Gebara, en tanto, se mostró algo más cauteloso al señalar que se trata de un proceso que “lleva mucho tiempo e involucra a una empresa en una situación legal específica. No puedo decir cuánto tomará pero estamos en camino”. Las declaraciones de uno y otro fueron tomadas por el portal Convergencia Digital.
Más allá del interés, hay procesos que dependen exclusivamente del vendedor. Oi tendrá que tener luz verde de sus accionistas para completar cualquier operación y también, un paso más adelante, la operación tendrá que pasar por las instancias regulatorias correspondientes. Esto en un contexto en el que tanto la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) como el Consejo Administrativo de Defensa Económica (Cade) aseguraron que serán estrictos en la revisión de límites de espectro o afectaciones a la competencia, entre otros puntos.
También habrá que ver qué pasará con América Móvil, que en un primer momento se había mostrado igualmente interesado en ser parte del combo en la oferta. Esto fue antes de que comprara Nextel y sus subsidiarias en Brasil por 948 millones de dólares. Con eso ganó 3,4 millones de clientes y espectro en distintas bandas que le serán útiles para mejorar prestaciones en sitios clave como Río de Janeiro y San Pablo. Lo mismo corre para otros posibles interesados, aunque a la fecha ninguna empresa fuera de las mencionadas se pronunció al respecto.
Oi podría recibir, según proyecciones, un mínimo de 15.000 millones de reales (hoy 2.597,1 millones de dólares) y un máximo de 18.000 millones de reales (hoy 3.116,5 millones de dólares) por la venta de su pata móvil. Tiene para ofrecer 92 MHz de espectro, 7.500 millones de reales (hoy 1.298,5 millones de dólares) de facturación anual y 37,6 millones de usuarios. La operación pasó de ser una buena idea a casi una obligación empujada por el proceso de recuperación judicial. Como parte de éste, ya se desprendió de activos no estratégicos, como edificios corporativos.
