Quizás tampoco ahora haya consolidación en Brasil —o más o menos—. Oi anunció que ha firmado un acuerdo de exclusividad para negociar la venta de su negocio móvil con Highline, una compañía que desarrolla redes de telecomunicaciones en Brasil para centros comerciales, hospitales, hoteles, estadios deportivos y edificios comerciales, entre otros.
La empresa realizó una oferta más alta que la realizada el fin de semana pasado por el consorcio formado entre los tres operadores móviles (América Móvil, TIM y Telefónica) y logró la firma de un acuerdo de exclusividad. La oferta de los tres operadores estaba sujeta a que fueran tratados como oferentes prioritarios, lo que, en principio, no parece que haya ocurrido. Con esta decisión, también parece quedar fuera Algar Telecom, un nombre que había trascendido como posible interesado en el brazo móvil de Oi —e incluso se lo había relacionado con Highline— pero que nunca fue confirmado con una propuesta formal.
El acuerdo de exclusividad firmado esta semana, que será válido hasta el tres de agosto de este 2020, contempla ofrecer a Highline la exclusividad para mantener los términos económicos de la propuesta vinculante presentada, negociar los documentos y anexos relativos a la oferta. De acuerdo con un comunicado enviado por Oi a sus accionistas “el acuerdo permitirá garantizar la seguridad y celeridad de las tratativas en curso entre las partes”. El documento podrá ser prorrogado mediante acuerdo entre sus partes.
Highline ya había realizado una oferta por el negocio de torres de Oi por más de 1.000 millones de reales (185,5 millones de dólares). De acuerdo con Teletime, la compañía estaría interesada también en ofertar por la parte del negocio de fibra óptica de la que Oi también busca desprenderse.
Highline no espera convertirse en un competidor en el mercado minorista móvil, sino sumar a su oferta de servicios la red móvil de Oi. La compañía espera ofrecer una red neutral, en un modelo mayorista. La idea no es novedosa —aunque sí lo es para Brasil— y responde a una necesidad de los operadores por reducir sus costos compartiendo infraestructura, especialmente en zonas no rentables.
Si el acuerdo avanza, veremos en Brasil un nuevo mercado, en el que la infraestructura de Oi se ponga a disposición de los tres operadores como red neutral, tanto en el segmento fijo como el móvil. La consolidación, finalmente, no será en términos de infraestructura pero puede serlo en términos de participación de mercado. Para América Móvil, TIM y Telefónica, de confirmarse este acuerdo, quizás no sea tan mala noticia. Los tres operadores tendrían posibilidad de aprovechar la red, ningún nuevo operador les competiría en la venta minorista y se ahorrarían las negociaciones, acuerdos y problemas regulatorios por la infraestructura y activos que iban a recibir en caso de comprar Oi. Igualmente, todo dependerá de cómo terminen unas negociaciones que recién empiezan.
