Chile definió la ruta para implementar el cable transoceánico: será a través de Auckland (Nueva Zelanda) y Syndey (Australia). El proyecto considera una ruta de unos 13.180 kilómetros y elimina formalmente otras opciones barajadas, entre ellas la de Japón y China. Las autoridades locales indicaron que mantienen conversaciones con actores de la región interesados a sumarse a la iniciativa.
La decisión se tomó en base a los resultados del Estudio de Factibilidad, que hace menos de un año quedó en manos del consorcio TMG/WFN. La resultante surgió de la unión entre Telecommunications Management Group y WFN Strategies y obtuvo resultado de 96,2 puntos sobre 100, quedando por encima de otras siete propuestas gracias a su puntaje perfecto en aspectos como metodología y comprensión del proyecto.
El documento final incluyó casos de negocios por ruta y detalló información como segmento de clientes, mix de productos, curva de precios y propuestas de valor. Así se optó por éste tendido sobre otros, pues consideraba una menor cantidad de kilómetros de despliegue. La Subsecretaria de Telecomunicaciones (Subtel) también valoró que Australia es el Hub Digital de Oceanía, con más de 12 cables de interconexión con el resto del mundo y un Hub Emergente de Asia.
“Estamos dando un gran paso. Esta es la primera iniciativa que permitirá conectar a la región con Oceanía y finalmente con Asia, abriendo enormes oportunidades para que Chile se convierta en el Hub Digital de Sudamérica del lado del Pacífico y sea atractivo para distintas inversiones como data centers y aquellas relacionadas con el comercio digital”, dijo la ministra de Transportes y Telecomunicaciones, Gloria Hutt.
Se abrirá pronto la última etapa de análisis, que considera el estudio de ingeniería de la ruta seleccionada, lo que proveerá información en detalle de costos y características propias del trazado marítimo. Esa información será el primer insumo para la próxima licitación de la construcción del cable transoceánico, concluyó la subsecretaria sectorial, Pamela Gidi. También está en análisis el aporte que Chile hará en el consorcio público-privado que se hará cargo del financiamiento de la infraestructura.
