Calculan pérdida anual de US$ 733 millones por piratería audiovisual, ¿es suficiente para el esfuerzo que demanda combatirla?

La piratería en América Latina es una preocupación recurrente entre quienes están en las dependencias ocupadas de velar por los derechos de autor. También, de los creadores y distribuidores de contenidos audiovisuales, que ven en la distribución ilegal una amenaza a sus ingresos. Pero, por más medidas que se tomen a nivel regulatorio y jurídico, quienes se encargan de distribuir contenido pirata parecen encontrar siempre el resquicio por el cual seguir manteniendo su posición.

Los formatos pueden cambiar —de las suscripciones piratas de servicios de TV paga ahora el foco está puesto en el streaming de video o, directamente, a descarga de contenidos a través de Internet— pero lo que no parece modificarse es una tendencia a que la piratería ocupe un lugar relevante en el mercado latinoamericano. La consecuencia de esto es una preocupación de los operadores, creadores y distribuidores que, como se dijo, ven un riesgo de pérdida de ingresos. Sin embargo, la piratería también representa riesgo para los propios usuarios, que están expuestos a riesgos cibernéticos por consumir contenido ilegal, alertó Maryleana Méndez, secretaria General de Asiet y directora de Cet.la en la presentación de un nuevo informe relacionado con la piratería.

El reporte analiza 10 países (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela) para observar la disponibilidad y audiencia de la piratería de contenidos audiovisuales online y su impacto económico.

Los resultados indican que los motores de búsqueda, las redes sociales y los marketplace son la puerta de entrada a los contenidos digitales. El 35 por ciento de los URLs analizados a partir de la búsqueda de tópicos relacionados con contenido audiovisual en línea conducen hacia servicios o contenidos ilegales. Lo mismo ocurre con el 33 por ciento de los resultados en redes sociales y con un 26 por ciento en las tiendas online.

Siguiendo los datos del reporte, América Latina fue responsable de al menos 15.600 millones de visitas ilegales en 2019, lo que provoca ganancias potenciales de 75 millones de dólares al año para los distribuidores de contenidos piratas —el cálculo se realiza en base a los clics promedios realizados en sitios ilegales—. Para los distribuidores y creadores, las pérdidas se traducen en 733 millones de dólares al año, contando únicamente a los usuarios que no están suscriptos a los servicios OTT, según las proyecciones de la consultora Ether.

En cuanto a la audiencia, el reporte señala que en la comparación de visitas entre 1377 dominios ilegales y 31 dominios legales con acceso directo a contenido audiovisual, el contenido pirata logró un 145 por ciento más de visitas totales en los últimos seis meses. Sin embargo, en promedio, cada dominio ilegal tuvo 5,7 millones de visitas y, cada dominio legal, 103 millones de visitas. Los sitios ilegales tenían cuatro veces más accesos de usuarios únicos que aquellos que eran legales pero los sitios ilegales tenían un promedio de cuatro visitas por usuario al mes, mientras que los sitios legales contaban con un promedio de seis visitas por usuario al mes. Además, la tasa de rebote promedio de los sitios ilegales se sitúa en 50 por ciento.

Teniendo en cuenta estos datos, ¿es realmente preocupante la piratería en América Latina? La historia demuestra que los Latinoamericanos consumen contenidos legales si la oferta es adecuada. Los servicios OTTs, y su correspondiente baja de precio con respecto a la televisión paga tradicional, sirvieron para incrementar el consumo de contenidos legales y, en algún punto, dejar de fomentar la descarga de contenido piratas —algo que se puede demostrar también a partir de la gran aceptación de servicios de streaming de música—.

Pero quizás lo más importante es preguntarse si el esfuerzo que implica combatir los contenidos ilegales merece el premio. Una oportunidad de 733 millones de dólares al año a repartirse entre toda la región quizás no sea suficiente como para tentar a la industria a que ponga más recursos en combatir la piratería. Quizás el costo de perseguir la piratería sea mayor al beneficio que se obtiene y la clave está, en realidad, en crear  ofertas que los latinoamericanos estén dispuestos a contratar.

Además, una vez que se bloquean sitios de descarga de contenidos ilegales, al poco tiempo aparecen nuevos que vienen a suplantar el lugar del que ha dejado el espacio, por lo que el ciclo vuelve a comenzar. El informe da cuenta de esta problemática: “pelisplus.co y pelisplay.tv cambiaron de URL (táctica ilegal frecuente) durante 2019 y fueron capaces de recuperar visitas y relevancia en las búsquedas. pelisplus.me (nueva dirección) es uno de los 15 sitios ilegales más importantes que apareció con mayor frecuencia en la primera página de los resultados de Google”. La guerra contra la piratería es una que se debe tener, pero que nunca se va a ganar.

Leticia Pautasio es periodista y Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Quilmes (Buenos Aires, Argentina). Durante su carrera profesional se desempeñó en gráfica, radio y medios de comunicación en línea. Desde 2009 se especializa en tecnología, telecomunicaciones y negocios; cubriendo la realidad del sector en América latina. En 2013 obtuvo el diplomado "El Periodista Latinoamericano como agente y líder en el desarrollo social" del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (México). Contacto: [email protected]

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