La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) y el Buró de Seguridad Nacional de los Estados Unidos lanzaron la semana pasada la lista de proveedores de equipamiento y servicios que han sido declarados como un posible riesgo a la seguridad nacional, de acuerdo con la Ley de Comunicaciones del 2019. La lista incluye cinco compañías chinas que producen equipamiento para redes de telecomunicaciones y servicios de videovigilancia y que, de acuerdo con el comunicado emitido por la FCC, “han sido probadas de alcanzar un riesgo inaceptable para la seguridad nacional de los Estados Unidos y sus ciudadanos”. En la lista actualizada aparecen empresas como Huawei Technologies, ZTE, Hytera Communications, Hangzhou Hikvision Digital Technology y Dahua Technology.
Esta es la primera decisión que la administración Biden toma en relación a la guerra fría tecnológica entre Estados Unidos y China. El expresidente Trump había sido el principal impulsor de políticas para bloquear cualquier empresa china para la provisión de equipamiento o servicio para las compañías estadounidenses —en una jugada que, incluso, podía poner en riesgo algunos negocios de las propias empresas norteamericanas—, pero, hasta ahora, no quedaba claro si la administración Biden tomaría un camino similar.
“Esta lista es un gran paso en la recuperación de la confianza en nuestras redes de telecomunicaciones”, dijo la presidenta del FCC, Jessica Rosenworcel. “La lista provee una guía con el objetivo de asegurar que las redes de próxima generación que se construyan alrededor del país no repitan errores del pasado de utilizar equipamiento o servicios que puedan ser un riesgo para la seguridad de los Estados Unidos o sus ciudadanos”, agregó. Así, desde la nueva administración demócrata se marcan señales de continuidad con la política de Trump, al menos, en cuanto a considerar a las compañías de equipamiento chino como un riesgo a la seguridad nacional.
En el pasado, Trump había sido categórico en señalara a Huawei como una compañía que colabora con el Gobierno Chino y llamar a otros países a adoptar su política de bloqueo de empresas chinas. Incluso, se puso énfasis en tecnologías como OpenRAN, como una forma de contrarrestar el poderío de Huawei en telecomunicaciones. Mientras que su discurso parece haber convencido a los demócratas, en el resto del mundo las decisiones fueron muy disímiles y, en América Latina, Huawei definitivamente ha ganado la pulseada.
Hace algunas semanas se conocía que la licitación de espectro para servicios 5G en Brasil no tendría ninguna cláusula de exclusión para proveedores —algo que en algún momento sí se había evaluado—, habilitando finalmente la participación de Huawei en las próximas redes 5G que se construyan en el país. Además, esta semana, el periódico chileno La Tercera publicó declaraciones del representante de Huawei en ese país que asegura que participarán de las próximas redes 5G, aunque prefirió no dar detalles debido a que se trata de contratos confidenciales. En Chile, al igual que Brasil, tampoco se ha decidido tomar ninguna decisión sobre excluir a proveedores en la licitación de espectro. Mientras tanto, en Argentina, Huawei realizará esta semana demostraciones de 5G en conjunto con los operadores y el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom).
Así, América Latina parece tomar una posición neutral en la guerra fría, dejando en manos de los operadores la elección de su proveedor. Con un gran porcentaje de redes confiando en Huawei e incentivos desde China para el uso de su tecnología, para América Latina el camino es seguir aislado de los conflictos geopolíticos. Para Estados Unidos, en tanto, el enfrentamiento está lejos de terminar.
