El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) de México aprobó los lineamientos sobre neutralidad de la red. Se trata de un proceso que había arrancado a finales de 2019 para finalizarse en 2020 pero tuvo demoras debido a la pandemia. En él se estableció la libre elección de los usuarios para acceder a los contenidos que desean y a las operadoras de telecomunicaciones a implementar las políticas de gestión de tráfico que crean necesarias para garantizar esa libre elección. Aunque también se contemplan excepciones, algunas de ellas relacionadas con las nuevas necesidades que surgieron en el marco de las restricciones por el covid-19.
El documento está dividido en cuatro grandes ejes: la gestión del tráfico y la administración de la red, los servicios que brindan los proveedores de Internet, la contribución a reducir la brecha digital, y la transparencia de la actividad de cara a los usuarios. A esto se suma un quinto aspecto, orientado al seguimiento de esta política por cuanto para el IFT es necesario someter estas decisiones a una decisión constante por cuanto
El trato no discriminatorio hacia los usuarios finales, proveedores de aplicaciones, contenidos y otros servicios que demanden tráfico debe ser garantizado. Pero, al mismo tiempo, se habilita a las prestadoras a que administren su red a fin de garantizar el desempeño eficiente orientado a garantizar las obligaciones anteriores. “Los proveedores del servicio de internet (PSI) podrán implementar políticas de gestión de tráfico y administración de red, por cuestiones técnicas, es decir, para asegurar la calidad, capacidad y velocidad del servicio de acceso a internet contratado por el usuario final, así como para preservar la integridad y seguridad de la red”, señaló el IFT, aunque preservando la libre disponibilidad de acceso a los diversos contenidos y servicios existentes en la web.
No obstante, también precisó excepciones “de manera temporal y únicamente en aquellos casos en que se presente alguna de las siguientes situaciones”, a saber: riesgo, técnicamente comprobable, a la integridad y seguridad de la red, a la privacidad de los usuarios finales o a la inviolabilidad de sus comunicaciones privadas. En segundo lugar, cuando se dé una congestión excepcional y temporal de la red, sujeto a que no exista discriminación entre tipos de tráfico similares, y en tercer y último lugar, cuando sucedan situaciones de emergencia y desastres que pongan en riesgo la operación de la red.
En líneas generales, lo aprobado por el Pleno del IFT apunta a garantizar la libre elección, la privacidad de los usuarios, la inviolabilidad de sus comunicaciones privadas, la no discriminación de tráfico en Internet, así como la calidad, capacidad y velocidad del servicio contratado por el usuario, medidas que al mismo tiempo considera como necesarias para contribuir al cierre de la brecha digital.
Por esa razón, también indicó que las medidas promueven el crecimiento del ecosistema digital e incentivan el despliegue de infraestructura además de incorporar elementos de transparencia y seguimiento con el objetivo de mantener sus políticas actualizadas ante la vertiginosa evolución de las redes. Consideró, en este sentido, que es posible que “en cualquier momento se pueda ordenar la suspensión de cualquier política o de servicios puestos a disposición de los usuarios finales o proveedores de aplicaciones, contenidos y servicios, o bien, la modificación a los códigos de los PSI, cuando contravengan lo dispuesto en los Lineamientos o afecten negativamente el desarrollo de la competencia y libre concurrencia en la provisión del servicio de acceso a Internet”, expresó el IFT.
El acuerdo alcanzado comenzará a regir a partir de los 60 días de publicado en el Diario Oficial de la Federación y quienes quieran acceder al documento pueden consultarlo desde aquí.
