Si una palabra se destaca en las discusiones sobre regulación es flexibilidad. Aparece hace ya algún tiempo en la mayoría de los discursos y se muestra como la clave de una regulación mucho más moderna. Es, además, uno de los principios que también aparece en las nuevas guías que la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) publicó hace algunos días con el objetivo de encauzar los debates de la regulación post-pandemia.
“Lo que nos trajo hasta acá no es lo mismo que hay que hacer hacia adelante”. La frase la dijo hoy Lucas Gallitto, director de Políticas Públicas de GSMA Latinoamérica en el marco de un conversatorio organizado por el centro de estudios Cet.la, en el marco de la consulta pública que realiza el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) sobre el proyecto de lineamientos de neutralidad de la red en México.
La frase de Gallitto viene a condensar algo que empieza a percibirse en los debates del sector: el mundo de las telecomunicaciones y de Internet ya no es lo que era y, por eso, se necesitan nuevas reglas. La pandemia, si en algo colaboró, fue en poner sobre la mesa que el ecosistema digital es mucho más complejo que en el pasado —Internet ya no se trata únicamente de descarga de contenidos— y que la regulación deberá modernizase para atender sus necesidades.
Esto implica también revisar el concepto de neutralidad de la red. De hecho, a mitad de este 2020 el grupo que nuclea a los reguladores europeos, Berec, publicó nuevos lineamientos para un Internet Abierto, en donde se destaca un enfoque centrado en los derechos del usuario pero,al mismo tiempo, habilitando prácticas de gestión de tráfico para servicios especializados y ofertas como zero rating.
En el conversatorio, la conclusión a la que se ha llegado es que ya no es posible hablar de una neutralidad de la red bajo términos abstractos, sino que hay que modificar el enfoque para poner al consumidor en el centro. Se trata, en palabras de Maryleana Méndez, secretaria General de Asiet, de “marcar el campo de juego” pero, al mismo tiempo, dejar a los jugadores jugar su propio partido, siempre, con el énfasis puesto en los derechos de los usuarios.
La gestión el tráfico y la libertad para que los operadores puedan crear sus propias ofertas y realizar acuerdos comerciales con otros jugadores del ecosistema fue un pedido compartido entre Méndez y Gallitto. Para el director de GSMA, se trata de tener libertad para realizar acuerdos y generar ofertas que permitan “promover la innovación y el cierre de la brecha digital”.
El profesor de Penn University, Christopher Yoo, explicó como la pandemia por el covid-19 funcionó como un banco de pruebas y remarcó que algunas decisiones que se han tomado, como la degradación de los contenidos de video para mejorar el tráfico o la creación de planes básicos de conectividad para la población de menores ingresos son, en sentido estricto, decisiones que podrían atentar con la neutralidad de la red. “No hay que pensar la neutralidad desde un sentido abstracto sino desde el punto de vista del consumidor”, señaló. Por eso, también compartió la posibilidad de ofrecer planes zero rating y hasta alentar proyectos como Discover, de Facebook, que intenta ofrecer a los consumidores, de forma gratuita, acceso a todo el contenido en Internet pero en versión texto.
Yoo también abogó por regulaciones que permitan suficiente flexibilidad para administrar el tráfico de la red en circunstancias excepcionales, como fue la pandemia por el covid-19 y su consiguiente incremento en el consumo de tráfico. Pero también hizo hincapié en algunas tecnologías que empiezan a aparecer con la 5G y que tendrán mayor desarrollo en el futuro, como la participación de la red con network slicing, que podría chocar con regulaciones muy restrictivas de neutralidad de la red. Frente a consulta de TeleSemana.com sobre servicios de telesalud o misión crítica, Yoo señaló que existen regulaciones a nivel internacional que habilitan la diferenciación de servicios en términos “razonables”. La aplicación de la palabra razonable, en vez de poner solo el énfasis en condiciones de “casos excepcionales” —como indica el proyecto de IFT— habilita mayor flexibilidad, inclusive en momentos que no pueden considerarse excepcionales. Víctor Rodríguez Hilario, del IFT, coincidió en otro momento de la conversación que, para ciertos temas, como telecirugía, “por supuesto debería existir gestión de tráfico”.
El tema de la regulación ex post y ex ante es un tema que rondó el conversatorio, y especialmente, de la mano de Sonia Agnese, analista de la consultora Ovum, que propuso pensar la regulación desde la flexibilidad para crear nuevos modelos de negocio y habilitar las condiciones necesarias para el despliegue de infraestructura. “Si no funciona, siempre está la ley de defensa de la competencia”, apuntó. Es que el regulador tiene las herramientas para corregir ex post, en caso de ver que se están llevando adelante prácticas que pueden afectar la libre competencia. Agnese también apuntó a la transparencia como un concepto a fortalecer en todo lo relacionado a la regulación del sector pero especialmente en temas de neutralidad de la red.
Rodríguez Hilario hizo hincapié en seis principios que el IFT busca condensar en el proyecto de lineamientos y que explican, en parte, por qué la discusión de la neutralidad se hace tan difícil. Hilario apuntó a libre elección, no discriminación, privacidad, transparencia, gestión de tráfico y desarrollo de la infraestructura de telecomunicaciones como los seis temas a atender por parte de los reguladores. Poder equilibrar la balanza para lograr un campo de juego parejo, transparente y equitativo, con la mirada puesta en el consumidor, es el desafío. Todo ello en una época que, como señaló Maryleana Méndez, “los tiempos de la innovación son cada vez más rápidos y más cortos”.
