Comienza el tiempo de la prueba y el error, de la marcha y la contramarcha, del aprendizaje en materia regulatoria en Colombia. Concluida la elección de los tres proyectos que se activarán a través del sandbox regulatorio, el primero en el mundo enfocado en la industria de las telecomunicaciones, entre noviembre y diciembre próximos las tres iniciativas estarán efectivamente en marcha. Serán 12 meses de experimentación y desafíos, prorrogables por otros 12 meses en caso de ser necesario. Las telecomunicaciones pasarán nuevas pruebas de laboratorio y lo que de allí surja podría plasmarse en nuevas regulaciones que, en general, mejoren la prestación de los servicios de telecomunicaciones de cara a los usuarios.
Sobre un total de 23 proyectos que se presentaron, 10 pasaron a la segunda etapa, y tres, dos de Colombia Telecomunicaciones (Movistar) y uno de Colombia Móvil (Tigo), tuvieron el visto bueno para seguir luego de cumplir con los cuatro criterios exigidos: innovación, beneficio para los usuarios, inexistencia de ese servicio, y experiencia como operador.
Los proyectos de Movistar apuntan a brindar Internet en las zonas rurales y periurbanas a través de cobertura móvil celular 4G Open RAN, y desarrollar una Herramienta SOC (Service Operation Center) que permita medir la experiencia de los usuarios de Internet Móvil. El de Tigo, en tanto, consiste en diseñar un nuevo contrato convergente y unificado que simplifique el proceso de contratación de los servicios fijos y móviles del segmento pospago.
Por estos días se están definiendo las diversas actividades que demandará el proceso. A mediados de septiembre deberán comenzar a funcionar las mesas de trabajo donde se considerarán los riesgos que asumen las operadoras, las salvaguardas para los usuarios, los indicadores de éxito del proyecto, la recolección de la información y los reportes que surjan de cada una de estas acciones a fin de que se haga el seguimiento de cada una de las propuestas.
Estas mesas de trabajo funcionarán durante un mes y medio, aproximadamente, y el objetivo será la concertación de los diversos aspectos involucrados entre las partes. Allí se sentarán las bases de funcionamiento de este laboratorio de prueba. De este espacio formará parte no sólo el regulador y el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC) sino también la Superintendencia de Comercio que controla la protección de los usuarios y otros organismos a cargo de diversos aspectos administrativos que alcanzan a la industria.
“La idea es que en estas mesas de usuarios todos seamos coherentes y estemos coordinados para que, en ese tiempo, los proponentes estén tranquilos de que no vendrán cuestiones administrativas u otro tipo de objeciones mientras están realizando los ensayos”, dijo a TeleSemana.com Laura Martínez, líder de proyecto de implementación del sandbox regulatorio de la Comisión Reguladora de Comunicaciones (CRC).
Una vez concluidas estas mesas, comenzará la prueba en campo de cada uno de los tres proyectos aprobados. Tigo está en condiciones de iniciar su proceso de manera inmediata. De hecho, la fecha de inicio efectivo prevista por el regulador es el 25 de octubre, aunque es flexible y podría tomarse unos días más.
Movistar pidió una adecuación y algunas semanas más para arrancar. Este tiempo adicional solicitado no se cuenta en la fase de experimentación, sino que es previo. La fecha efectiva de inicio de la prueba se deja, luego, claramente plasmada en el marco de las mesas de trabajo. Esto se debe a que, dentro de la propuesta, cada operadora tiene que definir un cronograma de actividades, tiempos de adecuación, de experimentación, porque pueden requerir nuevas cosas a fin de impulsar su idea o, inclusive, realizar algún tipo de despliegue o infraestructura en particular.
Una vez que finalizaron las mesas de trabajo y todo queda documentado, las operadoras serán notificadas de que esa experimentación puede comenzar.
Y en ese momento comenzará lo mejor. Porque no será sólo la experimentación de la propuesta de las operadoras. El MinTIC y la CRC, como la Superintendencia de Comercio y demás organismos involucrados seguirán con atención todo lo que suceda a lo largo de esos 12 meses. “Esto no se trata sólo de probar nuevos procesos sino que también queremos ver cómo opera el impacto porque, de hecho, la conformación de las mesas de trabajo implica encarar un proceso totalmente diferente a lo conocido, lo que también incluye una nueva manera de comunicar y de socializar las propuestas”, agregó Martínez. Para la CRC también será un sendero de aprendizaje y la expectativa es que lo que vaya surgiendo en el marco del sandbox regulatorio ya en campo permita mejorar las normas que rigen a las telecomunicaciones en Colombia.
“Si queremos cosas nuevas en cualquier parte de la relación entre proveedores y usuarios habrá temas en donde ellos mismos se estarán probando. Lo primero que nos planteamos fue encarar esta experiencia en telecomunicaciones y tener todo muy claro desde lo técnico pues se usarán recursos públicos con presupuesto privado”, agregó la funcionaria.
La carga en términos de inversión cae totalmente sobre los privados, sea que tengan que desplegar infraestructura, o contratar personal, o desarrollar un sistema, lo que sea. El Estado pondrá recursos que le competan pero no se trata, de ninguna manera, de una asociación público-privada sino de la conformación de un espacio de experimentación tendiente a generar nuevas y mejores regulaciones para la industria y, por ende, para los consumidores que son, al final, quienes terminan involucrados en estas pruebas.
Por eso, la intención de la CRC es que este sandbox regulatorio permanezca en el tiempo. Martínez consideró que la etapa de prueba también los alcanzará y los llevará a hacer ajustes hacia adelante. De hecho, por estos días se discute lanzar una nueva convocatoria a un segundo sandbox regulatorio aunque todavía no está claro si para este año o para 2022.
“En la agenda regulatoria se establecerán pautas para poder desarrollar esos ajustes o mejoras a las reglas generales porque estamos muy interesados de participar en este tipo de mecanismos. Y como se presentaron 23 proyectos y sólo pasaron 3, y otros 20 quisieron entrar pero no fueron claros en la propuesta o en los documentos, estamos revisando cómo le haremos acompañamiento para que esas propuestas sean admitidas”, aseguró Martínez.
Una de las iniciativas que no llegó a la fase final fue la de Colnodo, que elevó una propuesta de red comunitaria calificada como “muy interesante” aunque con una limitación técnica muy grande. Por eso, la intención de la CRC es buscar de qué modo ayudar a que esa idea se concrete. El desafío pasa porque algunas de las propuestas se cruzan con otras normativas, como la ley de emprendimientos, que trata de promover sandbox intersectoriales que aún no han sido reglamentados por el Gobierno.
En la previa del inicio de las mesas y en las mesas de trabajo habrá que prestarle atención a todos los detalles involucrados en la experimentación. El desafío pasa porque las operadoras puedan probar con tranquilidad sus ideas y que no aparezca ningún organismo de gobierno reclamándole por algo cuando, justamente, se está en fase de ensayo.
Lo que suceda en Colombia con este sandbox regulatorio de telecomunicaciones será seguido con atención por los reguladores de la región. Es el primero en el mundo para esta industria. Y ya existe una intención no sólo de avanzar con nuevas convocatorias sino de hacerlas también cruzando a otros sectores. Esto tiene verdadero y profundo sentido. Las telecomunicaciones, lo digital, atraviesa a todos los sectores e industrias, a la vida cotidiana, y es la razón por la que las normas deben contemplar cada vez más esta situación si se quieren ampliar y brindar mejores servicios a las ciudadanías.
