El precio de los lotes que serán subastados en Brasil para dar vida a 5G aumentó luego de que la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) tomara las observaciones formuladas por el Tribunal Federal de Cuentas (TCU) y revisara su cálculo acerca del número de estaciones base para la banda de 3,5 GHz que, por otro lado, disminuyó. Además, fue una buena oportunidad para hacer otros pequeños ajustes. Una foto más en el largo viaje brasilero por llegar a la quinta generación. Un escenario pintoresco, porque aunque muchos lo cuestionan, pocos están dispuestos a dar el debate.
El recálculo realizado por los técnicos de Anatel resultó en un incremento en el valor total de las bandas subastadas: la banda de 700 MHz se incrementó un 4,55 por ciento, la de 2,3 GHz un 1,25 por ciento, y la de 3,5 GHz en un 5,78 por ciento. Así, la sumatoria de los cinco bloques de la banda de 3,5 GHz pasó de los iniciales 5.490 millones de dólares (28.550 millones de reales) a los 5.808 millones de dólares (30.200 millones de reales) actuales, según publicaron los medios locales Telesíntese y Teletime.
“Brasil puede pedir lo que quiera: es Brasil” dijo sin tapujos un especialista del sector a TeleSemana.com en relación al tamaño del espectro radioeléctrico que aquel país posee y que subastará, una voz que también advirtió que la cifra prevista ya está incluida en los valores de despliegue y que puso en duda que la subasta pueda desarrollarse este año.
Lo cierto es que para muchos actores del sector es recomendable profundizar la postergación: no sólo porque ofrece más tiempo para amortizar las redes vigentes, sino porque también permite que se desarrollen economías de escala que ofrezcan una mayor madurez al ecosistema, como también mejores precios.
Pero el replanteo de Anatel también involucró que el 90 por ciento del valor se convierta en compromisos y redujera el precio mínimo por lote en tres de las cuatro frecuencias sub-6 GHz a la venta.
En el caso de la de 700 MHz, se incrementa un 5,04 por ciento, mientras que en las de 2300 (bloque de 50 MHz) desciende un 8,17 por ciento y en la de 3,5 GHz, sus cuatro bloques nacionales decrecen un 5,19 por ciento y en el bloque regional, en un 20,66 por ciento; por lo que el monto previsto pasó de un mínimo de 268 millones de dólares (1.396 millones de reales) a 253 millones de dólares (1.318 millones de reales)
Y, aunque esa suma descendió, esta nueva letra detalla la obligación de los operadores para 2025, momento en el que debieran haber instalado un ERB 5G Standalone por cada 10.000 habitantes, en aquellas ciudades cuya densidad poblacional supere los 500.000 habitantes.
E, inclusive, prevé el escalonado de estaciones requeridas en aquellas ciudades con una densidad menor a los 30.000 habitantes. Por ejemplo, en los casos de una población de 30.000 a 25.750, cinco estaciones; y una estación menos si la densidad se ubica entre los 25.750 y los 20.000 habitantes.
Sin embargo, este aspecto también genera suspicacia entre los especialistas dado que la cantidad de estaciones base están determinadas por múltiples condiciones (geográficas, topográticas, densidad y tipo de construcciones, entre otras) que determinan la capacidad de elongación de la onda, como también el tráfico que deba soportar el operador y el backbone disponible, “porque todos los equipos responden a un estándar pero el desempeño cambia entre marcas”.
Sin embargo, fueron varios los actores de ese mercado que, aunque con diverso porte y alcance, decidieron “esperar” y no pronunciarse hasta que Brasil avance un poco más en sus definiciones: más cautelosos que proactivos.
En este marco, la Anatel también compartió la opinión de la Fiscalía Federal Especializada (PFE), en cuyo dictamen, la procuradora federal Marina George de Oliveira e Nascimento concluyó por descartar la existencia de obstáculos legales a las propuestas presentadas por el área técnica y evaluó resueltas las inquietudes expresadas por el TCU.
