Perú sigue sin tener un operador que gestione la Red Nacional Dorsal de Fibra Optica (RNDFO). Así lo resolvió el Programa Nacional de Telecomunicaciones (Pronatel), a cargo de esa tarea, que informó que ninguna de las tres propuestas que llegaron a la instancia final cumple con los requisitos mínimos solicitados en los términos de referencia.
Las propuestas rechazadas correspondieron a Viettel Perú, al Consorcio Fibra Optica del Perú (integrado por Roca Fuerte EIRL y Lelitv EIRL), y al Consorcio Dorsal Perú, conformado por Gilat Network y Optical Tecnólogies). Es la segunda vez que el organismo descarta las ofertas elevadas por considerar que no se ajustan a los requisitos establecidos. Pero, a diferencia del primer intento realizado en el inicio de este año, aquella vez hubo solo una oferta que llegó a la instancia final, hecho que también despertó una cadena de suspicacias en la industria.
Las propuestas económicas elevadas fueron de casi 131 millones de dólares (480,8 millones de soles) para el caso de Viettel, de 103,4 millones de dólares (379,8 millones de soles) por parte del consorcio Dorsal Perú, y de 53,5 millones de dólares ( 196,8 millones de soles) elevados por el consorcio conformado por Roca Fuerte y Lelitv (dueña de Global Fiber Perú, dedicada a brindar servicios corporativos).
Según apuntó el diario Gestión, la primera oferta, la más elevada, estaba fuera de lo previsto por el organismo, mientras que las otras dos generaron dudas sobre su idoneidad. Se puede agregar a esto que llama la atención la disparidad de los valores que se propusieron para la operación de esta red. Entonces, una de las preguntas que surge es ¿por qué semejante diferencia?
Una respuesta apuntaría a los costos que debería asumir cada empresa o consorcio en función de las actividades a desarrollar. Las integrantes que elevaron las dos ofertas más económicas tienen experiencia en brindar mantenimiento y operar sus propias redes de fibra. Lo hacen tanto Optical Networks, integrante de uno de los consorcios, como Lelitv, miembro de otro consorcio y responsable de desplegar una infraestructura subfluvial de fibra óptica de 900 kilómetros hasta Iquitos. Es decir, saben de costos y puede hacer la tarea de forma directa. Que el Pronatel haya deshechado primeramente la de Viettel puede haber tenido que ver con que se adivinaba allí un costo adicional por la subcontratación de esas actividades, lo que habría encarecido el precio final.
En el medio del proceso hay otro aspecto que no se puede desconocer: el cambio de ministro de Transporte y Comunicaciones. Juan Mauro Barranzuela Quiroga asumió casi en paralelo con la apertura de las propuestas económias, y hay quienes señalan, en estas latitudes andinas, que quieren darle un poco de tiempo para que se ponga a tono con las realidades de ambos sectores.
Lo cierto es que, más allá de la decisión, no hay novedades del Pronatel en cuanto a una nueva convocatoria para que una compañía se haga cargo de la operación de la red. Y aquí también parecen plantearse algunas inquietudes.
“Falta ver cuál es la política que quieren desarrollar en materia de telecomunicaciones. Es necesario dar señales correctas porque ya pasaron seis meses, y los tiempos de los procesos no ayudan”, dijo a TeleSemana.com, José Aguilar, analista de Nakagawa Consultores Regulatorios.
El hecho de mantener el valor del mega mayorista en 23 dólares es cuestionado por los diversos jugadores y expertos de la industria pues consideran que se trata de un valor no competitivo, razón que llevó a la RNDFO a no lograr los objetivos propuestos desde su concepción, esto es, llevar conectividad a las zonas remotas y desconectadas de Perú.
En definitiva, este segundo intento volvió a fracasar. Y, por ahora, no hay claridad sobre lo que vendrá. Lo único cierto es que Perú tiene una red que financia su población y sobre la que no se sabe, realmente, en qué estado se encuentra porque esa información tampoco se ha dado a conocer hasta ahora.
