Este jueves 6 de julio se encenderán las primeras antenas 5G en Brasilia y se dará, de este modo, inicio al proceso más esperado en la industria de las telecomunicaciones de este país en los últimos años. El Grupo de Monitoreo para la Implementación de Soluciones a Problemas de Interferencias (Gaispi) en la banda de 3.5 GHz aprobó de manera anticipada la liberación del uso de esa banda en la capital brasileña. Será la primera en la que se servirá 5G SA que, además, se adelantará a la fecha oficial prevista, inicialmente para finales de julio y pospuesta, luego, para el 30 de septiembre.
Se confirma, así, la expectativa surgida la semana pasada cuando, TIM Brasil y Claro, anunciaron que ya estaban listas para comenzar a brindar sus servicios con esa tecnología. La puesta en marcha de los servicios este jueves servirá como una especie de prueba piloto, por más que no lo sea, para las futuras aperturas de ciudades. De hecho, ya se especula con que la segunda ciudad en recibir la activación de las redes 5G podría ser Belo Horizonte para, luego, comenzar a dar paso a dos gigantes tales como son Porto Alegre y San Pablo.
La expectativa en torno a 5G y la presión que existe para que funcione bien desde el punto de vista técnico, para evitar frustraciones iniciales, parece haber provocado también la conformación de lo que se ha dado en llamar “Sala de Guerra” (¿a tono con los tiempos globales?) para agilizar los procedimientos vinculados con soluciones cautelares que exijan resolución inmediata para evitar obstaculizaciones innecesarias.
Este sala podría operar de manera paralela al Gaispi, integrado por representantes de la Anatel, el Ministerio de Comunicaciones, las operadoras que accedieron a lotes de la banda de 3.5 GHz, radiodifusores y compañías satelitales. Entre otras actividades, uno de los focos principales de atención es prevenir cualquier tipo de interferencias, incluida la que pudiera producirse con las antenas parabólicas mediante las que se recibe la televisión satelital.
Algunas de las decisiones tomadas en ese sentido fue la de migrar a los usuarios de TVRO de la banda C a la banda Ku. Por ello, los usuarios que reciben los servicios de televisión por esa vía debieron inscribirse en un registro para recibir el cambio de los decodificadores de manera gratuita.
Lo que está mostrando, hasta el momento, el arribo de 5G en Brasil es un gran entusiasmo e ímpetu por parte de los propios protagonistas, y un sector público – sea el regulador o las entidades creadas para allanar los obstáculos en el camino a 5G – muy atento y activo para resolver rápidamente los problemas que puedan surgir en el camino.
Si la licitación de 5G en Brasil fue muy observada por los países que aún no encararon ese proceso en la región por lo que significó en términos de compromisos de inversión y despliegue antes que en recaudación lisa y llana, la activación de los servicios también lo será en relación a cómo se paran los organismos involucrados para que se pueda avanzar de manera colaborativa. Los ojos estarán puestos, ahora, en este 6 de julio.
