Las inversiones en telecomunicaciones en México se redujeron 8,1 por ciento en 2021 respecto al año anterior. Esto se dio en un contexto inflacionario donde las previsiones hacia adelante señalan que los precios de los servicios de telecomunicaciones continuarán a la baja, aún cuando la inflación de la primera quincena de agosto en este país, que acaba de ser anunciada, se ubicó en 8,62 por ciento, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEG).
En este escenario, el Instituto Federal de las Telecomunicaciones (IFT) aprovechó para hacer historia e informar que, entre junio de 2013 y mayo de 2022, el Indice de Precios de Comunicaciones (IPCOM) disminuyó un 28,7 por ciento contra un Indice de Precios al Consumidor (INPC) que, en el mismo período, se incrementó un 48,1 por ciento. En otras palabras, mientras la inflación tiene una velocidad, las telecomunicaciones responden a otros principios y suben, pero a un ritmo menor.
Este beneficio en torno al comportamiento de los precios no impidió, sin embargo, que el sector de las telecomunicaciones continúe siendo en 2021 una de las 10 principales actividades que aporta al Producto Interno Bruto Nacional (PBI), al representar un 3,3 por ciento sobre el total de lo que genera este país.
La Inversión Extranjera Directa (IED) de las telecomunicaciones alcanzó los 364 millones de dólares en este año, equivalente a un 1,2 por ciento del total de la IED que recibió México que tuvo en el segundo trimestre el mejor nivel de desembolsos, al registrarse prácticamente tres cuartos del monto total, es decir, algo más de 242 millones de dólares.
El sector de las telecomunicaciones generó ingresos por algo más de 20.200 millones de dólares (más de 404.000 millones de pesos a precios constantes), lo que significó una caída de 5,8 por ciento en relación a la facturación alcanzada en 2020.
Pese a un menor desempeño en cuanto a volumen de negocios, la utilidad creció 10,3 por ciento en el mismo período, experimentando “el mayor aumento anual del que se tenga registro”, tal como lo expresó el mismo IFT a través de un comunicado.
Esa mayor ganancia no se tradujo, sin embargo, en mejores inversiones en este mercado. La inversión anual reportada por los concesionarios en términos reales, es decir, descontando el índice de precios al consumidor, superó los 3.800 millones de dólares (75.900 millones de pesos mexicanos), lo que supuso una contracción de 8,1 por ciento de manera interanual. De hecho, la inversión en infraestructura de telecomunicaciones supuso una disminución anual del 10,3 por ciento en términos reales.
Si bien el IFT no ahonda en las razones que explican este comportamiento contractivo, hay cuestiones del sector de las telecomunicaciones que parecen estar impactando negativamente en estas variables. Una de ellas, y bien conocida, es la relacionada con el espectro, que es caro y sobre la que ni los expertos en telecomunicaciones ni el mismo regulador logran influenciar lo suficiente sobre los organismos de gobierno que deciden sobre este valor, por ejemplo, y que conocen bastante poco sobre el funcionamiento del sector.
Por otro lado, uno de los jugadores de este mercado, Telefónica, no sólo continuó devolviendo espectro al regulador durante el año analizado – este 2022 completó ese proceso- sino que ahora brinda sus servicios a través de la infraestructura de AT&T. A esto debe sumarse la mala situación financiera que desde hace un año viene atravesando Altán Redes que también puede haber desmotivado nuevos desembolsos de parte de jugadores más pequeños en red.
En este 2022, tanto AT&T como Telcel están embarcados en los despliegues de sus redes 5G. El año próximo se verá si la quinta generación móvil se convirtió en un dinamizador real de las inversiones o qué efectos concretos provocó a nivel de infraestructuras de red.
