Este 1° de noviembre por la noche, Tigo Colombia apagará las últimas antenas 2G que posee en este país para ampliar la capacidad de su red 4G que representa el 95 por ciento del tráfico que cursa en estas latitudes. Se trata de un trabajo de más de dos años que hoy concluye y que, en la perspectiva de la operadora, permitirá mejorar los servicios a los clientes, además de reducir la brecha digital.
Esto convierte a Tigo en la primera operadora de Sudamérica en apagar la red 2G. Hasta ahora, solo había un antecedente en la región, el de Movistar México, que encaró ese proceso en 2021, aunque ese proceso forma parte de otra historia pues esa operadora ya ni siquiera cuenta con espectro para operar.
Para Tigo Colombia, este apagado permitirá mejorar los servicios de los 15 millones de colombianos que usan esas redes, decisión que responde a una tendencia global donde los servicios de voz continúan cediendo terreno a los de datos móviles. Mientras que el tráfico de voz bajó casi un 50 por ciento entre 2018 y 2021, en junio de 2021 cerca del 20 por ciento del tráfico de voz en el país ya se movía por redes 4G, nivel que subió hasta el 57 por ciento actual de voz en redes 4G, servicio que se conoce como VolTe (o llamadas en HD).
En diálogo con TeleSemana.com, Marcelo Cataldo, presidente de Tigo Colombia, señaló que “hoy termina de hacerse la última actualización a 4G. Venimos haciendo la tarea bien ordenada. Teníamos 2000 antenas en 2G en el espectro de 1900 Mhz”.
Esta actualización supone no solo el ahorro de energía por evolucionar hacia una tecnología más eficiente sino que se incrementará en un ocho por ciento la capacidad de la red.
Parte de este movimiento también se explica porque, de acuerdo a datos de la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) tomados por Tigo, entre enero de 2018 y junio de 2021, las llamadas en redes de datos 4G crecieron un 748 por ciento. Por esto, para la operadora, el apagado de la red 2G permitirá que “las redes 4G de Tigo tengan un nuevo nivel de calidad que se verá traducido en una experiencia todavía mejor para los usuarios”, agregó.
Marcelo Cataldo recordó que “en Colombia tenemos más de 76 millones de líneas activas, pero apenas tenemos 37 millones de accesos a Internet móvil: eso lo consideramos como pobreza digital. Por esto, el apagado de 2G (voz) es un paso vital para expandir el acceso a 4G en esas regiones apartadas de nuestro territorio”.
El ejecutivo destacó el trabajo realizado, básicamente operativo, puesto que hubo que desmontar sitios remotos, recónditos, reacomodar infraestructura, y cuando se libera el espectro reacomodar las frecuencias. “Ha sido un trabajo operativo, de gestión”, destacó.
Tal como lo ha afirmado en otras oportunidades, Cataldo insistió en que Colombia tiene que seguir potenciando su apuesta por 4G porque no es aún momento para 5G. Lo hizo en el marco de la discusión que lleva adelante el sector con el Gobierno por el valor del 70 por ciento del espectro cuyas concesiones deben renovarse el año próximo.
“Estamos discutiendo con el gobierno del valor del espectro, porque es uno de los más caros de la región. Y es justo que un recurso se discuta el precio pero también que seamos juiciosos con el uso.
Esta actualización es buena noticias para el gobierno, para los usuarios, futuros usuarios, porque seguimos potenciando la red móvil”, indicó.
Cataldo consideró que la actualización del precio del espectro “está lejos de los valores de mercado de América latina. Y esa renovación implica volver a pagar”, señaló, en un contexto en donde la industria pide o bien que se paguen valores bajos por los derechos de uso del espectro o, directamente, no se pague, tal como lo decidió hace unos días el gobierno de Nueva Zelanda para alentar mayores inversiones en los despliegues de red. Se mostró optimista en función de las conversaciones que se están teniendo a nivel de gobierno, tanto con la ministra TIC, como con los secretarios a cargo de esos temas en la presidencia.
“Debemos seguir la senda de cerrar la brecha. En 2023 lo más importante es la renovación de espectro. Porque si no sé cuánto me va a cobrar el gobierno será difícil planificar la operación”, concluyó.
