Las decisiones que se toman en los distintos países del mundo respecto al equipamiento de origen chino para redes de telecomunicaciones están teniendo impacto en la región. Esta semana, el caso de Alemania, que admitió que está evaluando si prohibirá equipamiento de los proveedores chinos de las redes, avivó nuevamente un tema que se enciende y se apaga como si fueran chispazos, según lo que sucede en los países centrales. Y recordó la última decisión tomada por Estados Unidos para impedir que Qualcomm, Intel y AMD le vendan tecnología a Huawei. ¿Qué pasa en América latina cuando se toman estas decisiones en otros lugares del mundo?
Definitivamente, suelen tener algún tipo de impacto pero, por el momento, más a nivel de las empresas que de los mismos gobiernos que, hasta ahora, no han avanzado sobre decisiones de prohibición o limitaciones sobre lo que pueden comprar o no las operadoras de telecomunicaciones a la hora de construir una red, tanto fija como móvil.
Una de las empresas que soportó un impacto significativo producto de la determinación del gobierno de Joe Biden fue ZTE, una de las proveedoras de equipamiento de redes fijas y móviles que forma parte de los vendors que animan a la industria en la región.
La decisión tomada por Estados Unidos a finales de noviembre del año pasado y conocida a principios de este 2023 impactó en algunos de los negocios que tiene ZTE en América latina, principalmente en Chile y Colombia donde uno de sus clientes, Vrio -la ex DirecTV- avanzó con una primera orden de compra para redes de banda ancha y LTE pero habría desistido de efectuar un contrato de largo plazo, tal como se estila en el mercado. Esta determinación parece haberse fundamentado en los acuerdos de homologación de equipos que estos países tienen con organismos de Estados Unidos y a políticas corporativas orientadas a no involucrarse con clientes que tengan o pudieran tener problemas con Estados Unidos.
Huawei también sufrió algunos impactos menores y temporales, pero resueltos en su momento. El otro jugador que también fue alcanzada por la política establecida por Estados Unidos fue Hikvision, dedicada a proveer soluciones de seguridad: hace un mes el Gobierno de Australia decidió eliminar sus cámaras de los edificios públicos.
Los proveedores de equipamiento chinos son altamente relevantes en la industria de las telecomunicaciones en América latina. Huawei es uno de los principales proveedores de equipamiento a nivel regional, mientras ZTE -que en China posee el 35 por ciento del mercado de las redes 5G- posee posición importante en redes 4G, tal el caso de la Argentina, además de estar concentrando esfuerzos en el negocio de FTTH y transmisión.
Estados Unidos suele estar muy alerta a los movimientos que se producen en cada uno de estos países, especialmente cuando se preanuncian acciones destinadas a licitar espectro 5G, inclusive con tecnologías anteriores. Cualquiera sea el caso, busca generar influencia a tono con sus intereses y por distintas vías. Hasta ahora, los gobiernos regionales no han avanzado sobre estos temas que sí están ocupando a las administraciones de otros países, especialmente en Europa, porque parecen estar privilegiando respetar la libertad de las compañías de telecomunicaciones de elegir a sus proveedores antes que tomar partido en una cuestión geopolítica. Pero que las mismas operadoras de servicios de telecomunicaciones del sector comiencen a tomar decisiones en función de sus políticas internas o por otros tipos de acuerdos existentes entre países parece ser un punto sobre el que prestar más atención hacia adelante.
