El delito no es nuevo y no deja de hacer daño. El robo de cables, o vandalismo, o hurto de infraestructura continúa haciendo mella en las infraestructuras de telecomunicaciones, las antiguas de cobre y las nuevas, de fibra óptica. En Colombia, como en Chile, Brasil y otros países de la región, este delito creció luego de la pandemia y son cada vez más amplias las porciones de ciudadanía que se quedan sin conectividad por los robos de cable.
Ahora es Tigo Colombia el que pone sobre aviso sobre el impacto negativo que los actos de vandalismo contra las redes de telecomunicaciones están provocando en la ciudadanía y en las mismas operadoras. La compañía sostuvo que en 2022 hubo unos 2.000 robos tanto de cables como de baterías, lo que se tradujo en unos cuatro a seis hechos vandálicos por día.
El robo de cables no distingue tecnología. En el afán de conseguir cobre para vender en el mercado negro, los delincuentes no lo diferencian de la fibra óptica, los cortan igual y dejan sin servicio a amplias poblaciones de ese país.
Según datos de Tigo, en 2022 los actos de vandalismo crecieron más de 46 por ciento en el último año en comparación con lo sucedido en 2021. “Debemos ser insistentes, todos podemos colaborar. Quizá muchos usuarios son escépticos frente a este flagelo, pero hacemos un llamado. Para hurtar elementos como cable de cobre se requiere solo de 10 o 15 minutos. La invitación a nuestros usuarios, y a la comunidad en general, es que llamen a las autoridades cuando noten movimientos sospechosos alrededor de postes y gabinetes de telecomunicaciones”, resaltó Marcelo Cataldo, CEO de Tigo Colombia.
La zona de Antioquía es, por el momento, una de las más afectadas por este delito, reveló la empresa, pero este tipo de hurto no tiene fronteras. Según datos recolectados por Tigo, durante 2022, se registraron más de 27.000 horas de desconexión por cuenta de este flagelo.
“El tema se agrava por lo reiterativo: nos hurtan y nosotros reponemos los materiales y en cuestión de horas, ya se registra otro hurto. Esta es una de las razones por las que los usuarios tienen interrupciones de servicio reiteradas”, agregó Marcelo Cataldo.
El mismo análisis reveló que más de 293.000 hogares se vieron afectados por la desconexión y que hubo que invertir parte del presupuesto en la reposición del servicio y el remplazo de las baterías para volver a conectar a los hogares afectados.
