Los datos se actualizan y son cada vez más contundentes. Los pagos móviles moverán dos trillones de dólares de cara a 2027 en los mercados emergentes, tras una previsión de 500.000 millones de dólares estimada para finales de este 2023. Una vez más, la ventana de oportunidad que parecen tener las operadoras móviles para generar ingresos nuevos a partir de actividades distintas a las realizadas hasta ahora, parece sumamente atractiva.
Los datos surgen de un nuevo reporte de Juniper Research en donde se indicó que el mercado de los pagos móviles es impulsado por el movimiento que se registra hacia los Pagos como Plataforma (PaaP, por su sigla en inglés), modelo que permite a terceros entregar productos a través de aplicaciones de dinero móvil. Los pronósticos señalan que este segmento experimentará un crecimiento de 33 por ciento hacia adelante.
¿Por qué PaaP se presenta tan atractiva? Porque habilita que terceros tengan acceso a los millones de clientes de las operadoras de telecomunicaciones sin que éstos tengan que desarrollar servicios adicionales por sí mismos. Esto permite que, al subirse a su servicio principal, las compañías móviles pueden obtener mayores ingresos de parte de esos terceros, y satisfacer a sus propios clientes con nuevos servicios.
Aquí aparecen otros datos que son interesantes para abrir el análisis de Juniper. El informe determinó que, hacia 2027, habrá 411 millones de usuarios sofisticados de servicios financieros móviles (MFS, por su sigla en inglés) en mercados emergentes. Esto supone un aumento de 40 por ciento sobre lo que existe en la actualidad, y esa proyección se apoya en la provisión de servicios cada vez más variados, donde los microcréditos y los microseguros (los servicios sofisticados) comienzan a ocupar un lugar cada vez más importante pues también satisfacen demandas de los usuarios.
También lo atribuye a que varios mercados muestran madurez en la adopción del dinero móvil, además de registrarse una mayor conciencia de los clientes acerca de las oportunidades que supone valerse de ciertos instrumentos financieros móviles. Juniper habla, inclusive, del aumento de la “riqueza” que advierten los usuarios de estos servicios. Lo concreto es que, a medida que estos servicios se amplían, la oportunidad pasa por invertir en tecnologías que faciliten su mayor adopción y uso.
Aquí es donde se plantea la necesidad de que las operadoras de telecomunicaciones tomen un rol más activo, tal como lo señaló Cara Malone, co-autora de este informe: “Los proveedores deben implementar MFS sofisticados de manera efectiva, o perderán terreno ante la creciente competencia. Esto se puede lograr mejor a través de nuevos enfoques, como aprovechar los datos existentes que tienen los operadores para permitir una calificación crediticia alternativa, lo que habilita, además, oportunidades de préstamo mucho mayores”.
Para Malone, los proveedores de servicios de dinero móvil deben aprovechar el análisis de datos para retener a los clientes en un escenario de mayor competencia. Esta información valiosa sobre el comportamiento y preferencia de los usuarios permitirá desarrollar y ofrecer servicios más puntuales y personalizados. Esto, combinado con nuevos servicios de terceros a través de PaaP generará, a su vez, un incremento en la satisfacción del cliente y también de los ingresos. El informe puede descargarse desde aquí.
La oportunidad, evidentemente, existe. Esos 411 millones de usuarios sofisticados de mercados emergentes podrían ser prácticamente dos tercios de la población de América latina y el Caribe, estimada en 662 millones de habitantes, según la CEPAL. Si por mercados emergentes se toma sólo a las BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), la proyección cambia: entre los cinco suman más de 3.200 millones de habitantes, por lo tanto, esos 411 millones, serían un 13 por ciento, aproximadamente. La proporcionalidad varía de manera considerable en esta comparación realizada a modo de “juego”, pero lo que muestra es que se trata de un volumen de usuarios que ninguna operadora debería desdeñar por lo que podrían aportar en términos de ingresos adicionales, y por las oportunidades de innovación que también podrían producirse.
Por fuera de las proyecciones que efectúa Juniper en relación a los usuarios sofisticados de MFS, en la región hay 184 millones de usuarios de servicios de dinero móvil, según el reporte 2023 de la GSMA, es decir, que un 30 por ciento de la población ya se vuelca a estas prestaciones, en un comportamiento que muestra evolución constante. Para esta organización, el negocio del dinero móvil en América latina ya mueve a esta altura un trillón de dólares.
El propio presidente de la GSMA, Mats Granryd, sostuvo en la introducción de ese informe que en apenas 17 años, el dinero móvil pasó de ser un nicho de mercado que ofrecía un servicio financiero convencional a convertirse, hoy, en una prestación que está transformando la vida de más de 1.000 millones de personas, tal como se puede ver en el informe, disponible aquí.
En América latina, las operadoras móviles avanzan muy lentamente hacia la provisión de servicios financieros. El caso emblemático es el de Tigo, el pionero en la región, que comenzó ofreciendo Tigo Money en países puntuales, hace más de siete años, y luego lo extendió al total de sus operaciones.
No es el único. Han habido otros intentos, pero con más bajo perfil. Hace más de un año, en la Argentina, Telecom lanzó Personal Pay, mientras América Móvil viene haciendo lo propio, aunque con muy bajo perfil, con Claro Pay en Argentina, Colombia, Ecuador, México y Brasil. El resto de las operadoras no han avanzado de manera rotunda, aunque la posibilidad siempre está en experimentación.
Las sociedades parecen estar lo suficientemente maduras para adoptar los servicios tradicionales de dinero móvil como también los más sofisticados que hoy se observan y los que vendrán.
