El dinero móvil comienza a mover cada vez cifras más millonarias, o mejor dicho, trillonarias en el mundo. Las plataformas de dinero móvil procesaron más de 1 trillón (sí, un uno y 12 ceros) de dólares en transacciones durante 2021, un 31 por ciento más en la comparación con 2020, el año en que se disparó su uso por las restricciones que impuso la pandemia. Esto muestra, una vez más, que cuando una tecnología es adoptada por los usuarios ya no hay marcha atrás posible. Las cifras de América latina también son impactantes.
Los datos fueron revelados por la GSMA que indicó que esta cifra, que revela el incremento de operaciones que se realizan por dispositivos móviles, fue acompañada también por una mayor adopción de cuentas en estos dispositivos, 18 por ciento superior de modo interanual.
Hasta finales de 2021 se habían registrado más de 1.400 millones de cuentas en dispositivos móviles a nivel global, con un promedio de más de 1,5 millones de transacciones por hora, agregó el informe de la asociación que nuclea a los principales operadores móviles del mundo. Es decir que, sobre un total de más de 5.300 millones de usuarios móviles en el planeta, prácticamente un 25 por ciento ya se apoya en esos dispositivos y sus servicios asociados para efectuar diversos tipos de operaciones monetarias.
Que la consolidación de este segmento haya comenzado a darse a partir de 2021 es todo una señal para las operadoras de telecomunicaciones que, al menos en América latina, han avanzado de manera tibia hacia los pagos móviles. Millicom lo activó hace algunos años con Tigo Móvil aunque, ahora, escindirá esa unidad de negocios. América Móvil avanza con Claro Pay en distintos países aunque todavía con bajo perfil, mientras en la Argentina, Personal ya lleva unos meses con Personal Pay como modo de incursionar en ese segmento. Desde otro lado del ecosistema, Apple Pay ya está disponible en Argentina y Perú, e intentarán hacerle fuerza a plataformas de pagos móviles mucho más instaladas en la región, como Mercado Pago y Ualá.
¿Y qué cifras se ven en la región? Existen unos 30 servicios disponibles para 39 millones de cuentas habilitadas, de las cuales 16 millones están efectivamente activas, lo cual muestra el terreno que hay para crecer si se tiene en cuenta que hay 450 millones de usuarios móviles. Al mirar los volúmenes de dinero que mueven, se observa que en 2021 se concretaron más de 701 millones de transacciones, un 38 por ciento más en la comparación interanual, y por encima del promedio global, con una facturación superior a los 19.800 millones de dólares, 30 por ciento más que en 2020. Los porcentajes de crecimiento de estas variables están por arriba, todas, de la media global lo que muestra, al mismo tiempo, el buen momento por el que pasa este segmento al igual que las buenas perspectivas hacia adelante.
El reporte de la GSMA advirtió que uno de los impulsores de este segmento de la industria es la posibilidad de pagar cualquier producto en cualquier comercio por la facilidad que eso representa. De hecho, ha sido este aspecto – otra vez, fomentado por las restricciones sanitarias surgidas en el marco de la pandemia – el que llevó a semejante crecimiento durante 2021. A tal punto que Max Cuvellier, jefe para el desarrollo de móviles de la GSMA, aseguró que “2021 fue el año en donde el dinero móvil comenzó a diversificarse también en los servicios B2B”. Y esto sucedió aún cuando, agregó, “más allá de las tradicionales transacciones persona a persona, como transferir dinero a la familia o a los amigos, la industria tiene ahora un rol central para ayudar a las pequeñas empresas a operar de manera más eficiente y atender mejor a sus clientes”.
El reporte, de 86 páginas y que puede descargarse desde aquí, también advierte sobre la necesidad de que los pagos móviles continúen sirviendo a la inclusión financiera en países emergentes porque, lógicamente, queda mucho por hacer aún, especialmente en temas de género dado que la brecha en este caso es todavía amplia. Y esto se da no sólo por falta de educación financiera sino, y principalmente, porque todavía se advierten las dificultades para acceder al dispositivo. Ambos aspectos terminan generando un menor uso de los servicios de pagos móviles por parte de las mujeres.
“Se requiere una acción concertada de los formuladores de políticas, el sector privado, los donantes y otras partes interesadas para aprender de las historias de éxito, abordar el problema y garantizar que las desigualdades de género existentes no se afiancen aún más, especialmente a la luz de la pandemia de covid-19 (coronavirus)”, concluyó esta parte del reporte.
Queda de manifiesto que los usuarios ya confían en el sistema de pagos móviles y que se impondrán aquellos que sepan generar confianza con ellos. Y que en América latina hay todavía un largo, larguísimo camino por recorrer, en el que también parecen presentarse innumerables oportunidades.
