Los 865 millones de euros, o 943,75 millones de dólares, que la Comisión Europea anunció que invertirá en el continente hasta 2027 tiene por objetivo mejorar las infraestructuras de conectividad digital. El escenario, sin embargo, no es auspicioso pues el organismo plantea las dificultades existentes para lograr los objetivos planteados en el plan conocido como Década Digital 2030, vinculados a garantizar enlaces de quinta generación móvil, seguros, con computación en el borde (edge) en todo el continente. La expectativa de avanzar hacia un plan de desarrollo basado en los beneficios de la inteligencia artificial (IA) y de contar con ciudades inteligentes plagadas de dispositivos de Internet de las cosas (IoT), dependen de ello.
Se trata de las iniciativas que se encolumnan en el programa de impulso digital conocido como Mecanismo Conectar Europa (MCE) y en cuyo anuncio se subraya la apuesta por desplegar infraestructuras 5G en ese territorio, a través de la cofinanciación de proyectos a gran escala que las promuevan, incluidas las de comunicación cuántica y cables submarinos. También que se propicie la integración de capacidades informáticas y de computación en el borde para el uso de las industrias verticales vinculadas a la salud, la fabricación, el transporte y la logística.
Imagen generada por IA a través de ChatGPT
Además, se prevé el despliegue de plataformas digitales operativas para infraestructuras de transporte o energía, con optimización del uso energético y la reducción del impacto medioambiental. Estas plataformas digitales operativas se basarán en las infraestructuras europeas existentes y emergentes de datos, computación en la nube y en el borde e infraestructuras de conectividad, financiadas por el Programa Europa Digital y Horizonte Europa, y se integrarán en ellas.
La cuestión geopolítica
Si, la cuestión geopolítica también interviene en este anuncio. La CE refrendó el libro blanco que, publicado bajo el título “¿Cómo dominar las necesidades de infraestructura digital de Europa?”, plantea cómo la estrategia digital del continente se inscribe en la cuestión geopolítica, tanto ante eventos naturales como a las coyunturas bélicas.
El trabajo, disponible aquí, señala que el escenario actual es el de “encrucijada de importantes avances tecnológicos y normativos” cuyo debate es de “importancia capital”. Por ello, el documento había sido puesto a consulta pública meses atrás.
En él se analizaron posibles escenarios regulatorios, como una posible futura Ley de Redes Digitales para “incentivar la construcción de las redes digitales del futuro, dominar la transición a nuevas tecnologías y modelos de negocio, satisfacer las futuras necesidades de conectividad de todos los usuarios finales, apuntalar la competitividad de nuestra economía y garantizar infraestructuras seguras y resilientes y la seguridad económica de la Unión, tal como se refleja en los compromisos comunes de los Estados miembros de la UE en el Programa de Políticas de la Década Digital”.
Por ejemplo, plantea que la cobertura de fibra es “limitada” y que alcanza al 56 por ciento de los hogares en las zonas urbanas y al 41 por ciento en las rurales, a la par que se plantea el retraso que existe en lo que a despliegue de redes autónomas 5G refiere. “Las tendencias actuales en relación con las trayectorias de los objetivos de infraestructura digital establecidos en el Programa de Políticas de la Década Digital 2030 son motivo de preocupación. En cuanto a la cobertura de fibra, no parece probable que se avance más allá del 80 por ciento en 2028, lo que pone en duda la consecución del objetivo del 100 por ciento para 2030”.
Además, compara estos datos con la cobertura de fibra que la UE tenía en 2022, del 56 por ciento; frente al 48,8 por ciento de Estados Unidos, y el 99,7 por ciento de Japón y Corea.
“Estos retrasos representan una vulnerabilidad crítica para la economía de Europa en su conjunto, ya que la prestación de servicios de datos avanzados y aplicaciones basadas en inteligencia artificial” dependen de ellos. Lo mismo se aplica al despliegue de la infraestructura de computación de borde, otro facilitador clave para aplicaciones críticas en tiempo real y capacidades de computación en relación con casos de uso intensivo de datos en tiempo real e IoT”. agrega.
Y continúa: “Existe una fuerte correlación entre el despliegue de redes digitales capaces y la adopción de tecnologías modernas, que actualmente no se están desarrollando a gran escala. El Programa de Políticas de la Década Digital establece un objetivo de 10.000 nodos de borde altamente seguros y neutrales desde el punto de vista climático que se implementarán para 2030, así como objetivos para la adopción de tecnologías digitales, como la nube, los macrodatos y la IA, por parte de las empresas europeas. El informe de 2023 sobre el estado de la Década Digital subrayó los riesgos para el logro de estos objetivos. La computación de borde todavía está en sus inicios en Europa”.
El plan es ambicioso, y de ahí la preocupación. Para financiarlo, el organismo anunció la previsión de que la cuarta convocatoria del programa MCE “se pondrá en marcha en los próximos días”. Además, repasó que el presupuesto hasta 2027 será de 2.000 millones de euros y recordó que hasta ahora se financiaron 65 proyectos: 17 destinados a promover el desarrollo de 5G y, a su calor, ciudades inteligentes; que se suman a otras 18 iniciativas vinculadas a la instalación de pasos transfronterizos 5G. Con todo, la iniciativa de lograr tener redes transeuropeas digitales, de transporte y energéticas entre 2021 y 2027, habrá dado como resultado una inversión de 33.700 millones de euros.
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