Es alarmante la dirección que está tomando el mercado mexicano de telecomunicaciones, parecido al que también estamos viviendo en el mundo de los dispositivos móviles, donde los litigios por patentes son más prominentes que los propios avances tecnológicos. En México poco se habla de nuevas inversiones en tecnología, o por lo menos, los litigios son tan constantes, que el resto de noticias quedan camufladas por unos abogados que empiezan a rivalizar con los ingenieros de las operadoras en cuanto a exposición mediática se refiere. Iusacell ha aprendido la lección de Telcel de parar un procedimiento legal alegando que aquellos que lo instruyen no son aptos para hacerlo. Es decir, la misma maniobra que se adoptó en el caso de la multa de Telcel.
Y es así como Iusacell le vuelve a meter un palo entre las ruedas a una Nextel que debe estar renegando del día que se le ocurrió adquirir el espectro para lanzar 3G en México. Iusacell ha conseguido, sin despeinarse, lo que buscaba, retrasar el uso del espectro de la famosa Licitación 21, que en breve podrá ser el título de una película, que para Iusacell y el resto de operadores móviles tendría tintes trágico cómicos y para Nextel entraría en el genero de terror.