La semana pasada, el consejo directivo de la Agência Nacional de Telecomunicações (Anatel) aprobó la normativa que regula el uso de femtoceldas (femtocells) en el servicio de telefonía móvil.
La novedad es que las femtoceldas dejarán de pagar el Fistel (Fundo de Fiscalização das Telecomunicações), lo que se espera que dé impulso a este tipo de equipamiento.
Estas celdas deberán tener una potencia máxima de 1 watt de salida, con lo que tendrán una cobertura de unos 120 metros. El servicio podrá ser abierto a todo público o a un usuario o grupo de usuarios determinado por el operador —por ejemplo, para uso residencial—, pero los proveedores de servicio no podrán cobrar por el suministro del aparato.
Las femtoceldas también podrán usar bandas no licenciadas, lo que permitirá también incorporar transmisión de datos vía Wi-Fi.