La nube será la red del futuro, pero ¿cuándo?

Terminó el evento sobre las redes heterogéneas (HetNet) que celebraba Informa esta semana en la ciudad de Barcelona, España, con la participación de varios operadores, algunos de los cuales están liderando la transformación de las redes de telecomunicaciones —Telefónica, NTT, Telecom Italia u Orange—.

El evento se centraba en tres áreas del HetNet: Wi-Fi, small cells y C-RAN/fronthaul —aunque también se habló de DAS, pero poco—.

Como habrán posiblemente concluido en base a las dos notas anteriores, la dirección de las redes HetNet es bastante homogénea a pesar de los retos y posibles contradicciones que puedan aparecer entre los diferentes interlocutores.

La inclusión de Wi-Fi y small cells en el HetNet ya no admite controversia, aunque es sensato no olvidar que no siempre fue así. Hace 10 años —o incluso menos— se intentaba desprestigiar a Wi-Fi como tecnología Carrier Grade. Entrados en la década pasada, a Wi-Fi se la desprestigiaba con reportes que aseguraban que no podía operar correctamente cerca de hornos microondas.

Las small cells también hace años que están en el mercado, se llamaban pico cells y su misión era la de expandir cobertura en lugares donde no se podían desplegar las redes macro. Su nueva definición como small cells se produce cuando además de querer ofrecer cobertura, los operadores las conciben como equipos para expandir capacidad en la cobertura existente.

Y mientras Wi-Fi y las small cells ya están en el mapa de todos los operadores, C-RAN/fronthaul, debido a su inmadurez, se encuentra instalada en medio del debate, el cual  no la invalidan como arquitectura de futuro para muchos operadores móviles.

Por un lado, se argumentó que C-RAN —ya sea centralizado o en la nube— atenta contra la idea de llevar mayor inteligencia hacia los extremos de la red. Varios analistas, apoyados por operadores como Telefónica, defendían este extremo, sin necesariamente invalidar que llevar la inteligencia de la red a los extremos puede materializarse en un ambiente híbrido, donde ciertas partes se centralizan, pero cierta inteligencia se acerca lo máximo posible al usuario. Por lo tanto, el debate a futuro se centrará en este balance de fuerzas.

Por otro lado, C-RAN enfrenta el problema del fronthaul, o el tramo entre las cabezas de radio y las unidades de banda base (BBUs, por sus siglas en inglés). Este tramo se tendrá que desarrollarse con fibra óptica en casi todas las situaciones, aunque para lo que se conoce como C-RAN Local —para saber qué es lean este otro artículo—, el fronthaul de radio podría ser factible. El operador Orange lo están poniendo a prueba en estos momentos.

Parece haber quedado claro en este congreso que los operadores móviles, independientemente de su ubicación geográfica, van a necesitar acceso a fibra —propia o de terceros— para evolucionar sus redes a LTE-A y, sobre todo, a 5G. Estas redes necesitarán un backhaul de fibra, que una vez desplegada puede utilizarse para C-RAN si los operadores lo consideran estratégico para su negocio.

La fibra conlleva varios problemas, y entre ellos está el regulatorio. En muchos mercados, los operadores con activos de fibra deben destinar parte de su capacidad a un mercado wholesale —deben dar soporte para SLAs—, complicando aún más el esfuerzo sobre la inversión necesaria. Muchos mercados de Asia Pacífico no tienen este tipo de regulación, y de ahí que, en parte, se explique por qué el C-RAN tiene mayor desarrollo en esos mercados en relación, por ejemplo, al europeo.

Pero incluso, teniendo fibra y/o accesos de radio que la sistituyan en algunas situaciones, C-RAN no convence a todos los operadores por no ofrecer beneficios suficientes que promuevan su desarrollo como solución apropiada para algunos de sus problemas actuales, como son reducir CAPEX y OPEX. Centralizar el RAN o ponerlo en la nube, puede facilitar la gestión de la red, los recursos y producir ahorros en materia energética. ¿Son suficientes estos beneficios para justificar C-RAN teniendo en cuenta los costos asociados al fronthaul y el sacrificio de latencia?

En estos momentos, los operadores más atrevidos estarían probando el RAN centralizado, que sería colocar en una misma ubicación los BBUs. Más adelante, los operadores esperan pasar a la fase del RAN en la nube (o virtualizado), donde éste reside en un centro de datos —repetimos, esta opción está muy lejana aunque no debe descartarse debido a que la virtualización podría acabar afectando a toda la red, incluido el RAN—.

No podemos cerrar esta nota si una reflexión que nos aportó Javier Lorca Hernando, gerente de proyecto de Telefónica I+D. Lorca proponía que la virtulización no se frenara sólo en el RAN, sino que llegara al hardware del propio usuario. De este modo, el smartphone no tendría una capacidad de procesamiento propia, sino que vendría a ser una ventana a un dispositivo virtual alojado en un centro de datos. Este dispositivo del usuario únicamente mostraría la información y transmitiría ordenes, pero no procesaría nada localmente.

El propio Lorca dejaba saber que esta visión es futurista, pero como algunos recordaban durante el congreso: nadie se podía imaginar el desarrollo actual de los servicios en la nube en 2007, justo antes del lanzamiento del primer iPhone.

Cuenta con más de 22 años de experiencia cubriendo el sector de las telecomunicaciones para América Latina. El Sr. Junquera ha viajado constantemente alrededor del mundo cubriendo los eventos de mayor relevancia para la industria en América, Europa y Asia. Su experiencia académica incluye un BA en periodismo escrito por la Universidad de Suffolk en Boston, MA, y un Master en Economía Internacional en la misma institución.

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