5G crecerá más rápido de lo que se esperaba: ¿cuál será el rol de la 4G?

La noticia quizás sorprenda un poco porque, al menos en América Latina, las expectativas en torno a la próxima tecnología móvil están lejos de ser las más alentadoras. Sin embargo, no debería sorprendernos tanto porque, si algo nos enseñó el pasado, es que, con cada tecnología nueva móvil que aparece, se acelera el ritmo de adopción.

Todavía el estándar standalone de 5G no está congelado y ya hemos visto que hubo lanzamientos de la tecnología en numerosos países del mundo en su versión non standalone, incluyendo uno en América Latina: Uruguay. En los Estados Unidos todos los operadores la están ofreciendo y, en Corea, por ejemplo, los operadores ya aseguran tener casos de uso para la nueva tecnología móvil. Estos pequeños ejemplos demuestran que la tecnología ya está entre nosotros y que, el ritmo de adopción, parece ser mucho más rápido a lo que el pasado fue con 3G o 4G.

Sin embargo, estamos todavía enfrentando el problema de los dispositivos. Claro que ninguna tecnología móvil puede prosperar si no hay un ecosistema de dispositivos que la soporten. Pero en cuanto éstos empiezan a aparecer —y primero lo hacen en los dispositivos de gama más alta—, la adopción por parte de los usuarios inicia hasta que se vuelve imparable. ¿La razón? Hoy no hace falta educar al usuario en las ventajas de la nueva tecnología móvil, por lo que muchos esperan con ansias la próxima generación para cambiar el dispositivo y conseguir mejor calidad de servicio y velocidad. Además, dado que las redes de telecomunicaciones de nueva generación son más eficientes que las actuales, los operadores tienden a hacer grandes campañas de marketing para convencer aquellos usuarios más rezagados de las ventajas que tiene cambiar su dispositivo —y en algunos casos también su chip— para acceder a la nueva red.

Con los primeros despliegues de 5G ya se observa que el entusiasmo crece y, esta tendencia de una aceleración en los tiempos de adopción se confirma. Por eso, Ericsson ha retocado sus previsiones en el último Mobility Report que ahora predice 1.900 millones de suscripciones 5G para el final de 2024, un crecimiento del 27 por ciento con respecto a la anterior previsión, publicada en noviembre de 2018. Para 2024, Ericsson estima que habrá 8.800 millones de suscripciones móviles, de las cuales cerca del 95 por ciento serán de banda ancha móvil.

Ericsson afirma que esta adopción tiene que ver con la aparición de dispositivos que soportan la tecnología y el encendido de nuevas redes que permiten proyectar hasta 10 millones de suscripciones 5G para el cierre de 2019.

Las previsiones no sólo muestran adopción por parte de los consumidores —especialmente porque si tienen la posibilidad de cambiar el dispositivo, no siempre las ofertas de nueva generación significan un costo mayor—, sino que también parece tener un rápido desarrollo de cobertura a nivel de población. Al cierre de 2024, 5G cubrirá entre el 45 por ciento y el 65 por ciento de la población mundial, gracias a la capacidad de compartir espectro y recursos de las actuales redes LTE. Y si bien primero se pensaba que 5G sería desplegada por “hotspots” o en aquellas zonas dónde haya mayor demanda, como zonas industriales, por ejemplo, la realidad es que algunos operadores ya se han puesto en campaña de cubrir el 90 por ciento de la población con la próxima tecnología móvil.

La pregunta que queda por hacerse, entonces, es ¿qué papel tendrán las tecnologías móviles actuales una vez que se encienda la 5G? Al igual que sucedió en el inicio de 4G cuando todavía se hablaba que América Latina tenía que trabajar mucho en 3G, en los albores de la próxima generación móvil, todo parece indicar que no se detendrán las inversiones en LTE, especialmente en los países menos desarrollados. De hecho, el crecimiento de LTE está previsto que continúe hasta alcanzar un pico de 5.300 millones de suscripciones para 2022. La tecnología 4G será la dominante en el futuro cercano, con cerca de 5.000 millones de suscripciones para el cierre de 2024.

Se habla de que LTE será una red de cobertura, pero si Ericsson tiene razón y algunos operadores ya han comprometido que el 90 por ciento de la población quedará cubierta con 5G, ¿cuál será el papel de 4G? En un mundo dónde no solamente se utilizarán las redes móviles para conectar personas, quizás 4G sea la llave para conectar aquellas cosas con LTE-M y NB-IoT, en aquellas zonas que están fuera del interés de 5G.

Ericsson señala que 3G (WCDMA/HSPA) parece seguir ganando líneas —fundamentalmente por el crecimiento de la industria móvil en países menos desarrollados— mientras que las suscripciones únicamente de GSM/EDGE están, finalmente, decreciendo. Esto significa que, posiblemente los operadores deban tener que mantener activas al menos tres redes en el futuro (3G, 4G y 5G). Si no se abaratan los precios de los dispositivos IoT sobre LTE-M o NB-IoT, seguramente, también tendrán que mantener poco tiempo más las redes 2G, porque actualmente esta red se está aprovechando hoy para conexiones máquina a máquina (M2M) —aunque, por supuesto, cada vez con menos capacidad por el refarming de espectro—.

La dinámica del mercado empuja a migrar hacia 5G y la próxima generación móvil tiene todas las fichas para ser un éxito en adopción, desplazando a la 4G que ya ha sido catalogada como la tecnología de más rápida adopción en el mercado. Al menos, esto es lo que entusiasma a Ericsson, que, además, busca empujar el despliegue de la próxima tecnología móvil entre sus clientes, los operadores móviles.

Habrá que ver si la adopción de 5G se traduce en el futuro en un crecimiento de suscriptores e ingresos en vez de un simple reemplazo de una tecnología anterior por una más eficiente.

Leticia Pautasio es periodista y Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Quilmes (Buenos Aires, Argentina). Durante su carrera profesional se desempeñó en gráfica, radio y medios de comunicación en línea. Desde 2009 se especializa en tecnología, telecomunicaciones y negocios; cubriendo la realidad del sector en América latina. En 2013 obtuvo el diplomado "El Periodista Latinoamericano como agente y líder en el desarrollo social" del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (México). Contacto: [email protected]

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