El Departamento de Justicia de los Estados Unidos (DOJ) aprobó finalmente la fusión entre T-Mobile y Sprint, luego que ambas compañías cumplieran lo establecido en el compromiso de fusión.
La decisión, que pone fin a una historia que inició hace años con un primer intento de fusión y a un año de análisis por parte de las diferentes autoridades regulatorias, que obligaron a empujar hacia adelante los plazos. Ahora, todo parece estar en condiciones para que ambas compañías puedan fusionarse y, así, dar el puntapié inicial para el desarrollo de redes 5G de calidad con cobertura nacional. Justamente, la posibilidad de ofrecer servicios 5G de calidad fue la bandera de la fusión entre ambas compañías y uno de los principales ejes del acuerdo consensuado de fusión, que permitió que tanto la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) como el DOJ vieran con buenos ojos la integración entre ambas compañias.
La aprobación del Departamento de Justicia de los Estados Unidos se enmarca en el compromiso de los operadores de desinvertir en ciertos activos que no resultaban estratégicos para la fusión. Así fue que T-Mobile y Sprint acordaron cederle el negocio prepago a Dish Network Corp por un valor de aproximadamente 5.000 millones de dólares, incluyendo las operaciones de Boost Mobile, Virgin Mobile y el prepago de Sprint. La compañía pagará aproximadamente 1.500 millones de dólares por el negocio prepago y otros 3.500 millones por las posesiones de espectro que añadirá a partir de la operación, informó Bloomberg.
Adicionalmente, T-Mobile y Sprint deberán habilitar a Dish hasta 20.000 sitios y cientos de locaciones de retail. “T-Mobile deberá proveer a Dish acceso robusto a su red por un período de siete años mientras que Dish consiga construir su propia red 5G”, indica el comunicado del DOJ.
De hecho, uno de los argumentos para aprobar toda la operación tiene que ver con que esta fusión permitiría que una buena cantidad de espectro hoy inutilizado sea aprovechado para las futuras redes 5G. “El acuerdo provee a Dish con los activos y servicios tradicionales necesarios para ser un operador capaz de proveer una buena cantidad de servicios móviles con alcance nacional”, indicó el letrado Makan Delrahim de la división de Competencia del Departamento de Justicia d ellos Estados Unidos.
Las autoridades consideraron que esta desinversión es suficiente para eliminar los posibles problemas de competencia que surgían por la fusión. Sin embargo, el Departamento de Defensa de la Competencia y los representantes de cinco estados no piensan lo mismo. En conjunto entregaron un proyecto ante la Corte Distrital de Columbia para bloquear la transacción por lo que el tema seguirá los caminos de la Justicia.
Una de las críticas que se hace a la fusión es que T-Mobile y Sprint son competidores en el 30 por ciento de mercado que supone el negocio de consumidores que buscan servicios prepago en tiendas de retail. Una consolidación entre ambas compañías —o la venta de este negocio a un solo competidor— amenaza la competencia y puede impactar en un aumento de precios, señalan sus detractores.
La integración permitirá contar con un jugador de peso para competir con AT&T y Verizon. Al cierre del 2018, T-Mobile había reportado una facturación cercana a los 43.000 millones de dólares mientras que Sprint informó ingresos por 32.000 millones de dólares.
