Latinoamérica es la región más desigual, en términos económicos, del mundo, según un reciente estudio de Comisión Económica para América Latina y El Caribe. Esta disparidad económica también tiene su reflejo en el acceso a banda ancha por tipo de tecnología y en la velocidad a la que se puede acceder a Internet. Por ello, en Latinoamérica hay que atajar dos problemas a la vez: por un lado hay que crear y desarrollar la infraestructura que permita el acceso y, segundo, crear un acceso más satisfactorio con mejores servicios.
En este escenario, la fibra se presenta como la tecnología que puede revolucionar el mercado. Si bien su implementación puede ser inicialmente onerosa, es la infraestructura que permitirá a los operadores ofrecer mejores servicios que ayuden a mejorar la productividad del sector empresarial e industrial. Es por ello que muchos analistas considera que la fibra es a la banda ancha fija lo que la 5G será para la telefonía móvil.
El documento que sigue a continuación muestra la realidad latinoamericana en cuanto a la banda ancha fija, seguida por una encuesta realizada por Heavy Reading que muestra datos globales sobre cómo progresa el despliegue de fibra óptica a nivel mundial, los principales desafíos de operar y aprovisionar nuevos servicios de fibra, y los métodos que los operadores están utilizando para superar esos desafíos.
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