En un intento de entrar en la era digital de forma efectiva, los operadores, a través de ETSI, diseñaron la estrategia de virtualización de las redes de telecomunicaciones. El concepto era sencillo: para competir en la era digital se necesitaba contar con un despliegue de red basado en hardware común y software que tuviera un alto nivel de automatización. La llegada de la 5G requería una red costo efectiva desde CAPEX y OPEX. La virtualización de la red era la solución para tener mayores niveles de tráfico, un mayor control de la red para diferentes aplicaciones a través de network slicing y nuevas vías de negocio en el sector corporativo. Sin embargo, NFV se quedó corto en su promesa porque su complejidad o concepción no permite a los operadores seguir el ritmo a los grandes jugadores de la nube.
Pasar de una red virtualizada a una cloudificada no es sencillo, y supone que los operadores den el salto a una tecnología que les va a volver a colocar en un lugar competitivo. La cloudificación de la red sí ofrecerá a los operadores aquellos atributos que se planteaban con la virtualización y que quedaron a medio camino, quizá por la propia cultura de los operadores, la dificultad de romper lazos con los métodos tradicionales de construir una red, por una falta de ambición o visión de futuro o por todas ellas.
Si bien pasar de VNF a CNF es un paso importante, los beneficios de este cambio son realmente significativos en la capacidad para, por ejemplo, automatizar procesos en la red, algo muy necesario en la era 5G. Este informe que sigue a continuación ofrece una explicación concisa de los beneficios de pensar en la red como una red nativa de la nube y por qué no parece que haya otra alternativa para que los operadores realmente puedan transformarse digitalmente y acceder a la era digital con la garantía de poder ser competitivos.
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