La palabra que más se repitió es diálogo pero también se habló de puertas abiertas, inclusión de todos los actores y, fundamentalmente, una agenda abierta. Aunque, posiblemente, lo que quedará de este evento es la foto. En la mesa se encontraba la nueva secretaria de Innovación Pública, Micaela Sanchez Malcolm, el subsecretario TIC, Martín Olmos, el presidente del Ente Nacional de Telecomunicaciones (Enacom), Claudio Ambrosini, el presidente de la estatal Arsat, Pablo Tognetti, el presidente de la Federación de Cooperativas del Sur (Fecosur), Antonio Roncoroni, y Rafael Sanchez, presidente de la Federación de Cooperativas de Telecomunicaciones de la República Argentina (Fecotel).
Desde que asumió la nueva gestión, la idea parece ser articular el trabajo de todas las dependencias estatales relacionadas al tema de telecomunicaciones bajo un mandato de apertura al diálogo —las autoridades aseguran haberse reunido con casi todos los jugadores del sector— pero con especial foco en las cooperativas, que hoy demandan ayuda para poder competir en un contexto económico desfavorable y un mercado complejo. El plan es poder escuchar demandas y requerimientos de todos los actores y establecer en conjunto líneas de acción.
Las cooperativas telefónicas argentinas están presentes en sitios dónde los grandes jugadores no llegan porque no consideran rentables. Por eso, parecen los aliados ideales de un gobierno cuyo lema es “empezar por los últimos para llegar a todos”.
El foco del evento fue abrir el diálogo para el diseño de políticas en conjunto y atender las necesidades de las cooperativas. Como había adelantado el presidente de Enacom en su primera reunión con la prensa, uno de los primeros pasos será agilizar la entrega de aportes no reembolsables (ANR) que se trata de una herramienta que permite el financiamiento de proyectos de telecomunicaciones en zonas no rentables con apoyo de los fondos del servicio universal. Es que el financiamiento —en un país de alta inflación y con dos grandes devaluaciones ocurridas en los últimos años— ha sido un verdadero escollo, principalmente para las cooperativas. “La línea de créditos existente era casi inalcanzable, veremos como sigue evolucionando la economía pero la idea es poder relanzar los créditos”, afirmó Ambrosini ante una audiencia de 60 cooperativas.
Desde el lado de Arsat, Pablo Tognetti presentó algunas mínimas definiciones de lo que será su gestión, que tiene como principal idea continuar con el plan de despliegue de infraestructura de fibra óptica —aunque el plan original será revisado para incorporar, por ejemplo, conectividad satelital— y lanzar el tercer satélite argentino, Arsat-3, para lo cual ya existe un convenio con el Invap.
Las cooperativas esperan también que Arsat pueda ser un aliado para sumar conectividad en el “interior del interior”. Antonio Roncoroni indicó que está trabajando junto con la estatal para ver como extender la conectividad desde el lugar a dónde llega Arsat hasta la red de última milla de las cooperativas. El plan es poder presentar proyectos conjuntos al Enacom para que financie con fondos del servicio universal la extensión de la fibra óptica, bajo un modelo en el cual las cooperativas contratan a la estatal para el despliegue.
Sanchez Malcolm destacó que la idea de este primer encuentro no era realizar grandes anuncios sino, en esta primera etapa, mostrarse abiertos al diálogo para poder construir entre todos. Y ese espíritu parece contagiarse entre todos los que participaron del evento. Sánchez, de Fecotel, por ejemplo, valoró la presencia de ambas organizaciones cooperativas como un “paso fundamental en el movimiento cooperativo” y destacó la oportunidad de “trabajar en conjunto y desarrollar políticas”. En Argentina, la nueva gestión trae algunas ideas y una vocación de diálogo. Habrá que ver si, finalmente, logrará combinar los intereses de todos los actores para apalancar un mercado que necesita redefinir el rumbo para atraer inversiones.
