La estrategia de Telefónica sigue su curso. La empresa trabaja en encontrar la forma en su plan de reestructuración, empujado por su compleja situación financiera. A cada rato aparece una nueva “víctima” en este proceso y en el corto plazo podrían agregarse a este listado sus cables submarinos. La compañía analiza cambios en Telxius, entre los que aparece la posible segregación del negocio de cables submarinos del de torres.
Entre las opciones, la separación de ambas actividades permitiría a Telefónica y KKR vender sus activos submarinos a posibles interesados. Entre los tendidos aparece la conexión Marea, con 6.600 kilómetros de longitud. Telxius también trabaja con Orange en el desarrollo del cable Dunant, con el que se propone conectar la costa francesa con el este de Estados Unidos. Además tiene otros proyectos, como el que pretende completar entre Guatemala y Chile de la mano de América Móvil.
Telefónica ha sorteado algunas dificultades con Telxius, entre las que se recuerda la fallida intención de sacarla a bolsa. Luego de eso es que optó por la venta del 40 por ciento de la filial a KKR por unos 1.275 millones de euros, recuerda el portal español El Economista. En este contexto, la decisión no llama la atención, menos aún si se contempla que ya se habían aventurados movimientos inminentes en Telxius cuando la española agregó “opciones para monetizar su cartera de activos en los próximos meses”.
Así las cosas, la compañía optó por la venta de activos que consideraba no estratégicos, lo que derivó incluso en su salida de algunos mercados de Latinoamérica. También apuntó a bajar su planilla y luego comunicó al mundo que sus intereses estarían concentrados solo en cuatro países: España, Alemania, Reino Unido y Brasil. Ahora analiza cambios en Telxius perseguido por una deuda que se ubica en los 37.744 millones de euros en el último trimestre registrado.
