El coronavirus puso a todos manos a la obra en el mundo de las telecomunicaciones. Prestadores de servicio y reguladores trabajan para asegurar que la población se mantenga informada, comunicada y entretenida. Pero el aislamiento trajo consigo consecuencias que marcarán los pasos a seguir de una industria golpeada por la realidad. En Argentina el caso queda expuesto con la venta de celulares, que se estima cayó 75 por ciento en tiempos de cuarentena.
Ya desde 2018 se advertía una situación compleja para este apartado, algo que es justo decir para que la culpa no recaiga solamente en el contexto. Ese año se despacharon 8,5 millones de unidades en el país, menos que cada uno de los 13 años anteriores. El 2019 no fue mejor: se registraron 7,5 millones de unidades. El precio de los dispositivos y el mercado ilegal aparecían entre los argumentos para explicar esa realidad, que también se veía en el mundo.
Por entonces, tres cuartas partes del mercado quedaban para Samsung y Motorola y el resto se dividía entre varios, entre ellos un golpeado Huawei y un LG con ventas por debajo de lo esperado. En paralelo se hablaba de una saturación del mercado, algo que también exponían otros países de la región como Brasil o Colombia para explicar sus propias desgracias. Esto en un contexto en el que todavía ni siquiera se sospechaba que un virus podría dejar en suspenso al mundo.
“Por la saturación, falta de novedades para incentivar un recambio y una macroeconomía local que impactó fuertemente el consumo” se esperaba un 2020 con cifras similares a las del año pasado, indicó el portal local iProfesional. Si se repetía el número se hablaría de éxito, expuso Carrier en un nuevo informe. Pero llegó la pandemia y las cosas van a peor: “las proyecciones se vieron pulverizadas desde que empezó el aislamiento y la caída en los envíos va de 70 a 75 por ciento”.
Las ventas online en alza no alcanzan para mejorar los pronósticos porque “una vez pasado el aislamiento quedará una economía maltrecha, con gente con poco dinero en los bolsillos”, concluye el estudio. Entonces, una vez más, contexto propio y cuestiones coyunturales rompen los pronósticos para una Argentina en crisis. Los resultados están por todas partes y la venta de celulares no logra escapar, tampoco ahora, de esa realidad.
