En el último tiempo ya se hablaba de que Intelsat vivía momentos críticos. Una deuda cercana a 13.000 millones de euros parecía argumento suficiente para explicar los rumores que finalmente se confirmaron en las últimas horas: la empresa pidió acogerse a la recuperación judicial, bajo los procedimientos estipulados en el capítulo 11 del Código de Bancarrota de Estados Unidos. Lo mismo hizo hace unas semanas One Web.
La empresa expuso los motivos a través de un comunicado de prensa, en el que explicó que está determinación ayudará a mejorar la liquidez y posiblemente sea útil para una reducción sustancial de “la carga de deuda heredada”. Los resultados se verán fortalecidos y esto complementará un sólido modelo operativo y los planes de crecimiento futuro, indicó la compañía.
Entre las cuestiones que se atenderán en este contexto está la intención de la empresa de obtener financiación por 1.000 millones de dólares para limpieza de la banda C en los Estados Unidos, que será entregada a operadores móviles por orden de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés). Una vez se otorguen las licencias, la firma espera recibir 4.870 millones de dólares en indemnización.
Su CEO, Stephen Spengler, consideró que “este es un momento transformador en la historia de la compañía”. Agregó que no se verán afectadas las cuestiones operativas, por ejemplo se mantienen los lanzamientos de satélites previstos para el corto y mediano plazo. En el documento, también se observa que la división Intelsat General (IGC), con la que se sirve a clientes comerciales y de gobierno de Estados Unidos, no es parte de la operación.
