Costa Rica completó la primera etapa de su transición a TV digital en agosto del año pasado y el calendario marcaba que complete la segunda y última parte en las próximas semanas. Pero esto no ocurrirá, pues el Poder Ejecutivo acogió la recomendación de la Comisión Mixta especializada y decidió aplazar casi un año el apagón definitivo. Será, de no mediar nuevas modificaciones, en 14 de julio de 2021.
“El covid-19 ha traído limitaciones a la logística de importación de los equipos requeridos. Adicionalmente, las familias, en especial las más vulnerables, podrían enfrentar limitaciones económicas para adquirir los conversores necesarios. Por esta razón, hemos decidido postergar la fecha máxima de aplicación de la nueva etapa”, explicó la ministra de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones de Costa Rica, Paola Vega.
En un comunicado, la cartera también señaló como argumento que la emergencia sanitaria obligó a redirigir los recursos disponibles tanto para la campaña de información a la población como para la adquisición de equipos para quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad. No se hace referencia entre los motivos a pedidos de empresas, un punto que sí fue tomado por las autoridades de Honduras para explicar un nuevo aplazo local en tiempos de confinamiento.
“Después de ejecutar la primera fase, funcionarios del ministerio de Telecomunicaciones se desplazaron a zonas como los Santos, Limón, Sarapiqué y San Carlos para verificar el funcionamiento de la señal de televisión digital terrestre”, agregaron desde el Micitt sobre la fase previa. El resultado fue positivo, según coinciden los dichos con mediciones no oficiales expuestas por las autoridades, en las que observan una “mejora en la calidad de imagen y sonido”.
El apagón total en Costa Rica iba a ocurrir en 2017 pero se aplazó por dos años para evitar inconvenientes en el acceso de información de la ciudadanía, particularmente electoral, de cara a los sufragios nacionales que tuvieron lugar a mediados de 2018. Después de eso se habló de dos fases, la primera con cumplimiento en tiempo y la siguiente ahora postergada por la pandemia. Costa Rica obliga a hablar entonces, otra vez, de retrasos en Latinoamérica.
