Hughes Networks Systems anunció que invertirá 50 millones de dólares como parte del consorcio liderado por el Gobierno del Reino Unido y Bharti Enterprises (Bharti) que pagará 1.000 millones de dólares para adquirir OneWeb que pidió la bancarrota en marzo luego de no conseguir inversiones por parte de sus socios tradicionales como Softbank.
La movida de Hughes puede explicarse desde distintos ángulos. Por un lado, a través de EchoStar Mobile, la compañía ya venía trabajando con el Gobierno del Reino Unido en diferentes proyectos. Además, la división india de Hughes y Bharti Airtel están en proceso de combinar sus operaciones de banda ancha satelital en India, en una fusión que fue anunciada en 2019 pero que se encuentra esperando las autorizaciones regulatorias correspondientes.
Sin embargo, quizás la explicación más lógica es que Hughes ya era un socio de OneWeb para el desarrollo de sus servicios en Tierra para su constelación de órbita baja (LEO), que ya tiene cerca de 74 satélites en órbita.
Pero, además, en el anuncio de Hughes parece existir un renovado interés por combinar los satélites geoestacionarios con los no geoestacionarios en servicios que permitan aprovecharse de las capacidades de uno y otro. Esta no es una idea nueva. Ya la adquisición de O3B por parte de SES y el fallido intento de fusión entre Intelsat y OneWeb ya daban una idea de que las empresas de satélites geoestacionarias estaban interesadas en encontrar la forma de combinar las dos tecnologías —o al menos de no hacerse con un nuevo competidor en el mercado—.
“El nuevo consorcio reúne a los jugadores justos para poder llevar adelante la promesa de una constelación de OneWeb que permita ofrecer servicios de baja latencia para comunidades, empresas, gobiernos, aeroplanos y barcos, complementando la conectividad geoestacionaria”, señala Pradman Kaul, presidente de Hughes. “Nuestra participación en OneWeb extiende naturalmente desde nuestra posición como operador geoestacionario e innovador de redes terrestres”, explica.
Hughes ya viene trabajando en utilizar sus satélites geoestacionarios para ofrecer servicios de banda ancha, aprovechándose de la tecnología en banda Ka, especialmente en América Latina. Con una constelación en órbita baja será capaz de ofrecer servicios de mucha menor latencia que los que ofrece con sus satélites geoestacionarios —o al menos esa es la promesa—. De hecho, su par SES con una constelación en órbita media —no tan cercana a la tierra como es la de iniciativas como OneWeb o Starlink—, promete servicios “similares a la fibra” desde el cielo.
La adquisición de OneWeb igualmente aún debe superar escollos regulatorios pero se espera que se cierre se realice a finales de 2020. Habrá que ver si con la participación de empresas satelitales geoestacionarias se confirma un renovado interés por combinar las dos tecnologías o, en realidad, terminan de morir los proyectos para innundar el planeta de microsatélites.
Por ahora, los proyectos de baja órbita tienen potencial, pero pocos casos de éxito. LeoSat fue a la quiebra y lo mismo ocurrió con OneWeb. En tanto, proyectos como Starlink de SpaceX vienen encontrando un freno desde el ámbito de la astronomía, que asegura que sus satélites dificultan la observación científica. Sin embargo, el interés inversor no parece mermar del todo y hasta Amazon intenta formar su propia constelación.
